Michael Douglas es un enamorado de España y, desde hace años, se refugia en un lugar muy especial: la isla de Mallorca, su paraíso particular desde hace más de tres décadas. El legendario actor y productor, con más de cincuenta años de trayectoria en Hollywood y dos premios Oscar en su haber, vive rodeado de sus seres queridos: su esposa Catherine Zeta-Jones, así como de sus hijos Dylan y Carys, su hijo mayor fruto de su primer matrimonio, y sus dos nietos.
Michael Douglas vive como un rey en este pueblo español: una mansión de 28 millones y vistas de ensueño en plena fantasía mediterránea
Mallorca ha sido siempre mucho más que un destino vacacional para Michael Douglas. En concreto, el municipio de Valldemossa se ha convertido en un símbolo familiar, un refugio donde el actor encuentra paz lejos del bullicio de Hollywood. Allí se levanta su majestuosa finca S'Estaca, una propiedad histórica que adquirió en 1990 junto a su entonces esposa, Diandra Luker, hoy con 69 años. La finca ha sido fuente de polémicas, disputas y también de momentos memorables durante más de tres décadas.

Fue a comienzos de los años noventa cuando Douglas, fascinado por el enclave y su historia, compró junto a Luker la propiedad por 3,5 millones de euros. La casa fue construida originalmente en 1867 por el archiduque Luis Salvador de Habsburgo, y se extiende sobre un terreno de más de 100 hectáreas entre Valldemossa y Deià, con vistas espectaculares a la sierra de Tramontana y al mar Mediterráneo.
Durante años, S’Estaca fue el lugar donde la pareja buscaba desconectar del ritmo implacable de la industria cinematográfica. Sin embargo, en 1995, Douglas y Luker pusieron fin a su relación tras años de rumores, aunque no formalizaron el divorcio hasta el año 2000. Acordaron entonces compartir la residencia, alternándose su uso por temporadas.

La finca es impresionante: cuenta con viñedos, olivos, una piscina, y ocho edificaciones —siete de ellas destinadas a alojar invitados—, todas construidas en piedra y madera autóctona. En su interior hay una biblioteca, una sala multimedia, una bodega, un pabellón, gimnasio, spa, terrazas con vistas y una elegante piscina de mármol. El actor ha declarado en varias ocasiones que la casa tiene capacidad para acoger hasta 20 personas gracias a sus diez dormitorios y diez cuartos de baño.
A pesar del encanto y exclusividad de S’Estaca, Douglas ha intentado venderla en varias ocasiones. En 2014 la propiedad salió al mercado por 55 millones de euros, aunque el precio se redujo progresivamente hasta llegar a los 28,5 millones. No obstante, la finca permanecía sin comprador.
Finalmente, en 2020, tras el fallecimiento de su padre y en plena pandemia, Douglas tomó una decisión definitiva: adquirió por 15 millones de euros la parte correspondiente a su exesposa y retiró la propiedad del mercado. La experiencia del confinamiento le hizo valorar de nuevo la tranquilidad y la belleza del lugar, convencido de que S’Estaca debía seguir siendo un santuario familiar. Cerca de cumplir 81 años este 2025, Michael Douglas continúa disfrutando de Mallorca con la misma pasión que cuando descubrió la isla hace más de tres décadas. Su vida, marcada por los altibajos de Hollywood y los desafíos personales, encuentra en esta finca un equilibrio que parece resistir al paso del tiempo.