El sueño futurista de recorrer largas distancias a velocidades de vértigo —cercanas a los 1.000 kilómetros por hora— dentro de cápsulas flotantes y sin fricción parecía desvanecerse tras los múltiples fracasos empresariales asociados al Hyperloop de Elon Musk. Sin embargo, mientras el impulso occidental se ha ido desinflando, China ha vuelto a demostrar su capacidad para transformar ambiciones tecnológicas en logros tangibles.
Según recoge el South China Morning Post, ingenieros del gigante asiático han resuelto uno de los mayores obstáculos que arrastraba este proyecto desde sus inicios. El gran avance llega de la mano de un rediseño estructural clave: en lugar de construir los carísimos tubos de acero que originalmente se propusieron para mantener el vacío, los investigadores han optado por una viga híbrida de acero y hormigón, sellada al vacío, que además permite la producción modular.
China reactiva el sueño del Hyperloop
Esta solución reduce de forma significativa el coste de fabricación y abre la puerta a una implementación industrial más viable a gran escala, rompiendo así la principal barrera económica que paralizó iniciativas como la de Virgin Hyperloop o Zeleros. Pero el progreso no se detiene en lo material. El equipo técnico también ha sorteado el problema de la resistencia magnética, una de las piedras angulares del sistema Maglev.
Mediante recubrimientos epoxi de alta resistencia y refuerzos de fibra de vidrio, además de una reconfiguración estratégica de las bobinas superconductoras, han conseguido minimizar las corrientes de Foucault y las vibraciones, optimizando así la levitación y la estabilidad del sistema. Esta innovación, de alto nivel técnico, sienta las bases para un transporte mucho más eficiente y silencioso.
Tecnología, levitación y liderazgo global
La validación de estos avances no es meramente teórica: en julio del año pasado, China logró que un tren Hyperloop levitara 22 centímetros sobre las vías y recorriera dos kilómetros con una desviación mínima. Un ensayo exitoso que la propia empresa estatal china ha descrito como “prometedor” y que muchos investigadores consideran un hito histórico en la carrera por el transporte ultrarrápido.
A pesar del logro, los expertos advierten que el éxito comercial del Hyperloop aún dependerá de factores clave como la sostenibilidad de la financiación a largo plazo y el coste operativo. Mientras tanto, proyectos similares en Estados Unidos o Europa, como los promovidos por Elon Musk o la española Zeleros, han sufrido importantes recortes o paralizaciones. Así, en la carrera por dominar el futuro del transporte terrestre, China parece haberse adelantado varios pasos.















