El Túnel de Gotardo, inaugurado en 2016, se ha consolidado como la obra ferroviaria subterránea más impresionante de Europa y el túnel ferroviario más largo del mundo, con sus 57 kilómetros de recorrido continuo bajo los Alpes suizos. Su construcción, que tardó 17 años y movilizó a más de 2.400 trabajadores, se convirtió en un desafío de ingeniería de magnitudes colosales, con un coste total que superó los 12.000 millones de francos suizos.
Más 12.000 millones de inversión para el túnel más largo del mundo que soporta trenes a 250 km/h
Concebido como parte del proyecto de la red de transporte de mercancías y pasajeros suiza, el túnel no solo acorta de manera drástica los tiempos de viaje entre el norte y el sur de Europa, sino que también se ha diseñado para soportar trenes de hasta 250 km/h, transformando la conectividad entre ciudades como Zúrich y Milán. La obra combina un túnel principal de doble vía con un túnel de servicio paralelo, permitiendo inspecciones, mantenimiento y evacuaciones seguras.
El Gotardo es un ejemplo paradigmático de cómo la ingeniería moderna puede dominar condiciones geológicas extremas. A lo largo de su trayecto atraviesa rocas de alta densidad, fallas geológicas y capas de agua subterránea, lo que obligó a la aplicación de técnicas avanzadas de excavación con tuneladoras de última generación. La ventilación, la seguridad contra incendios y los sistemas de comunicación fueron diseñados para garantizar la operación más segura y eficiente del mundo.
El impacto económico y logístico del túnel es inmenso. Reduce significativamente la congestión de transporte por carretera a través de los Alpes y permite que mercancías y viajeros circulen de manera más rápida y sostenible. Además, representa un símbolo de la precisión suiza en infraestructura y un referente mundial para futuros proyectos de túneles de gran longitud.
El Túnel de Gotardo no es solo una hazaña de ingeniería. Como estas grandes obras, capaces de modificar el paisaje para nuestro beneficio, es un monumento a la ambición humana y a la capacidad de conectar regiones, países y culturas a través de la innovación subterránea más avanzada del planeta.















