Un grupo internacional de astrónomos ha detectado un vasto filamento de gas caliente que une cuatro cúmulos de galaxias y que podría contener parte de la llamada “materia perdida” del universo.
La estructura, que alcanza temperaturas de más de 10 millones de grados y contiene diez veces la masa de la Vía Láctea, ha sido observada mediante los telescopios espaciales de rayos X XMM-Newton (ESA) y Suzaku (JAXA). El hallazgo se ha publicado en la revista Astronomy and Astrophysics y representa un avance clave para resolver uno de los enigmas más persistentes de la cosmología moderna.
Más de un tercio de materia está sin detectar
Según los modelos teóricos, más de un tercio de la materia bariónica del universo —la materia “normal” que compone estrellas, planetas y seres vivos— permanece sin detectar. Desde hace años se sospecha que podría ocultarse en filamentos de gas caliente que conectan los cúmulos galácticos, formando una especie de red cósmica. Sin embargo, hasta ahora ha sido extremadamente difícil observar estas estructuras debido a su baja densidad y a la contaminación lumínica de fuentes cercanas como galaxias y agujeros negros.
El equipo liderado por Konstantinos Migkas, del Observatorio de Leiden, ha conseguido por primera vez caracterizar con precisión uno de estos filamentos, que se extiende a lo largo de 23 millones de años luz dentro del supercúmulo de Shapley, una de las mayores concentraciones de galaxias del universo cercano. “Por primera vez, nuestros resultados coinciden estrechamente con lo que predicen los modelos cosmológicos”, destacó Migkas en un comunicado oficial. El filamento conecta dos cúmulos en un extremo y otros dos en el otro, todos parte de esta gigantesca estructura galáctica.
La clave del éxito estuvo en la combinación de los datos de los telescopios Suzaku y XMM-Newton. Mientras que el primero logró mapear la débil emisión de rayos X del filamento, el segundo permitió identificar y eliminar fuentes contaminantes como los agujeros negros supermasivos. “Nuestro enfoque fue realmente exitoso y revela que el filamento es exactamente como cabría esperar de nuestras mejores simulaciones a gran escala del universo”, explicó Florian Pacaud, coautor del estudio y astrofísico de la Universidad de Bonn.

Además de aportar una posible respuesta al misterio de la materia faltante, el descubrimiento refuerza el modelo estándar del universo y proporciona una evidencia directa de la red cósmica: una gigantesca telaraña invisible que conecta las zonas más densas del cosmos. “Este trabajo marca un nuevo estándar para detectar la tenue luz de los filamentos que componen la red cósmica”, concluyó Norbert Schartel, científico del proyecto XMM-Newton de la ESA. Una prueba más de que los hilos ocultos del universo están ahí… aunque cueste verlos.