La historia de Cleopatra VII, la última reina de Egipto, sigue generando titulares dos milenios después de su muerte. Su tumba nunca ha sido localizada, su verdadero aspecto continúa siendo motivo de debate y, cada cierto tiempo, un nuevo hallazgo reaviva la intriga. El más reciente es una estatua de mármol descubierta en las ruinas de Taposiris Magna, a unos 50 kilómetros de Alejandría, que algunos arqueólogos creen que podría representar a la célebre soberana. Para otros, sin embargo, se trata de una figura genérica de estilo helenístico. La simple posibilidad de que sea un retrato de Cleopatra basta para reabrir una de las búsquedas más apasionantes de la arqueología contemporánea.
Una excavación con dos décadas de obsesión
El hallazgo se produjo en el marco de las excavaciones lideradas por la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez, que desde hace casi dos décadas explora Taposiris Magna con la hipótesis de que allí podría encontrarse la tumba perdida de la reina.
El templo, dedicado a Osiris, concentra una fuerte carga simbólica: fue un enclave estrechamente vinculado a rituales funerarios y a la legitimidad del poder. Que la estatua haya aparecido en ese contexto refuerza la idea de que la zona tuvo un papel relevante en los últimos años de la dinastía.
Un retrato abierto a la interpretación
La pieza en cuestión muestra una figura femenina de gran detalle, con rasgos finamente tallados. Quienes la vinculan con Cleopatra destacan la posible correspondencia con monedas de la época, que también han sido halladas en Taposiris Magna. Sin embargo, otros investigadores advierten que el estilo helenístico del periodo ptolemaico se caracterizaba por una cierta idealización de la fisonomía femenina, lo que dificulta establecer una identificación concluyente. La ausencia de inscripciones o símbolos inequívocos convierte la estatua en un objeto abierto a la interpretación.
Tesoros ocultos bajo Taposiris Magna
No es la primera vez que este enclave ofrece hallazgos vinculados a Cleopatra. En años anteriores, el equipo de Martínez ha documentado monedas con su perfil, amuletos, bustos y, más recientemente, un complejo sistema de túneles subterráneos que algunos especialistas consideran un reflejo de los rituales acuáticos asociados a Osiris. Para la comunidad arqueológica, cada nuevo descubrimiento en Taposiris Magna se suma a un puzle todavía incompleto que podría, en el futuro, señalar la ubicación de la tumba de la reina y arrojar luz sobre su destino final, del que apenas existen referencias en los textos antiguos.
El peso simbólico de un hallazgo definitivo
Lo que está en juego trasciende la mera identificación de una estatua. Resolver el enigma de Cleopatra significaría esclarecer uno de los capítulos más influyentes del Mediterráneo antiguo. Más allá de la imagen popularizada por el cine, Cleopatra fue una gobernante hábil y una estratega política que buscó preservar la soberanía egipcia frente al poder de Roma. Conocer dónde y cómo fue enterrada permitiría entender también cómo quiso ser recordada por sus súbditos y por la posteridad.















