Está siendo un éxito de la ciencia ficción y el terror en Disney+. Hablamos de la cautivadora Alien: Planeta Tierra un proyecto que marca un punto de inflexión en la saga creada por Ridley Scott en 1979. Tras décadas de secuelas, precuelas y spin-offs en el cine, la saga se adentra por primera vez en el terreno televisivo con una propuesta que combina ciencia ficción y terror en formato episódico.
La serie está firmada por Noah Hawley (Fargo, Legion), un creador acostumbrado a jugar con las reglas del género, y tiene a Sydney Chandler como protagonista. La acción nos sitúa en el año 2120, cuando una nave de Weyland-Yutani, la Maginot, se estrella en la Tierra cargada de xenomorfos y otros seres del espacio profundo, dejando a un puñado de supervivientes frente a un escenario que mezcla apocalipsis tecnológico más corporativista y el horror biológico.
Hasta aquí todo encaja con lo que uno espera de Alien: tensión, supervivencia y criaturas carnívoras al acecho. La crítica y buena parte del público coinciden en que Planeta Tierra es, al menos en su arranque, una de las mejores incorporaciones modernas a la saga. Sin embargo, los fans más veteranos de la saga han detectado una ausencia difícil de pasar por alto: la serie ha dejado fuera, al menos por el momento, uno de los poderes más inquietantes de los xenomorfos.
Alien: Planeta Tierra pasa por alto el arma más temible de los xenomorfos que solo los fans más veteranos de la saga recuerdan
Nos referimos a la telepatía y al perturbador efecto que esta tiene sobre los humanos. Como recuerdan medios especializados como Screen Rant, en los primeros cómics de Dark Horse la especie alienígena comparte un vínculo mental que les permite comunicarse sin palabras. Lo interesante es lo que ocurre cuando los humanos quedan expuestos a ese flujo invisible: aunque no entienden el “idioma” de los xenomorfos, su subconsciente sí lo percibe, y poco a poco pierden el juicio.
La llamada de la Reina es confundida por sus cerebros como una revelación divina, lo que desemboca en fanatismo religioso, la Iglesia de la Santa Incubación, formándose cultos en honor a los alienígenas e, incluso, en personas que se ofrecen voluntariamente como huéspedes para ser fecundadas. Lógicamente, esto acaba en los tebeos con una invasión a gran escala de la Tierra y un planeta desolado por los xenomorfos. Sin ir más lejos, fuera de los cómics, algunas novelas recientes han experimentado este tipo de conceptos.
De momento, Planeta Tierra no ha dado ese paso. Pero el terreno está preparado. En el cuarto episodio, la serie ya se adentra en el modo de comunicación de las criaturas, planteando que los xenomorfos se expresan en frecuencias inaudibles para los humanos. Esto abre la puerta a que, más adelante, se explore el lado más místico y aterrador de la mitología: los cultos humanos que veneran a los xenomorfos como si fueran dioses. Lo que sí se ha mostrado es la capacidad de Wendy (el personaje de Chandler) para imitar esas frecuencias y establecer un extraño puente de comunicación con las criaturas.
Un detalle que, en perspectiva, podría convertirse en la llave para introducir el elemento telepático de los cómics en la narrativa de la serie. Alien: Planeta Tierra estrena un nuevo episodio cada miércoles en Disney+ España, y con cada capítulo parece más evidente que el gran juego todavía está por empezar.
