La Unión Europea se está rearmando. La carrera armamentística con China y el temor a que el conflicto de Rusia con Ucrania se intensifique en los próximos meses, ha llevado a distintos países miembros a rearmarse y cambiar sus planes militares y gastos en defensa.
Tras la advertencia de un experto en defensa, distintos países como Alemania se blindan ante una posible escalada del conflicto armado que mantienen Putin y Zelensky, y en el que la tecnología sobre el campo de batalla es clave.
En este contexto, la empresa aeroespacial alemana Polaris está dando un paso clave en la innovación militar con el desarrollo del Aurora, un avión supersónico experimental encargado por la Oficina Federal de Equipamiento, Tecnología de la Información y Apoyo al Servicio de la Bundeswehr. Su despliegue cambiará la guerra en el cielo.
En la creciente carrera armamentística con China, Alemania desarrolla su propio caza hipersónico de gran tecnología
Según las primeras informaciones, el Aurora comenzará sus pruebas de vuelo en 2028. Con una estructura de 28 metros de largo y una capacidad de carga de hasta una tonelada, este vehículo contará con un diseño plegable en horizontal, lo que lo convierte en una plataforma flexible para experimentos científicos y pruebas en defensa.

Más allá de su función como laboratorio en el aire, el Aurora también podrá desempeñar un papel clave en el lanzamiento de pequeños satélites, gracias a un sistema de despliegue con escalón de lanzamiento adicional. Su propulsión estará a la altura del desafío: cuatro motores de turbofán para maniobras atmosféricas y dos motores de avión con tecnología Aerospike para vuelos a velocidades extremas.
La tecnología Aerospike, una vieja promesa que busca renacer
Los motores Aerospike no son una novedad. Se llevan probando desde los años 50 y prometen una aerodinámica superior y una eficiencia de combustible optimizada gracias a su diseño con una cámara de combustión anular y un mecanismo de bloqueo central. Sin embargo, la falta de un sistema de refrigeración efectivo ha impedido su adopción en la industria aeroespacial. Ahora, con el Aurora, Polaris podría darles una segunda oportunidad en la era de la aviación hipersónica.

Alemania no quiere quedarse atrás en la guerra tecnológica con China y otras potencias. Con este proyecto, busca posicionarse en la vanguardia de la aviación de alta velocidad y fortalecer su presencia en el sector aeroespacial y de defensa.