Es la noticia de las últimas horas: el asteroide 2024 YR4 podría impactar contra la Tierra. En cuestión de días, la posibilidad de que el asteroide 2024 YR4 colisione con la Tierra ha subido del 1,2% al 1,6%. Dicho de otro modo, hay un 98,4% de probabilidades de que siga su rumbo sin causar estragos. Pero ha sido ese pequeño margen de incertidumbre el que ha acabado siendo más que suficiente para que, por primera vez, la ONU active su Protocolo de Seguridad Planetaria.
La probabilidad de impacto del asteroide 2024 YR4 desconcierta a los científicos y ha subido a un 1,6%: la ONU da la alarma y ya tiene activado un protocolo especial
Todo comenzó el pasado 27 de diciembre. Aquel día, el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) detectó a 2024 YR4 desde Chile, aunque no despertó gran interés hasta que el 31 de diciembre apareció en la lista Sentry de la NASA. Su potencial impacto -entonces por encima del 1%- lo convirtió en un objeto de estudio prioritario. Ahora, con los cálculos actualizados del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la Agencia Espacial Europea (ESA), sabemos que mide entre 40 y 90 metros de diámetro y que, de no cambiar su trayectoria, podría impactar el 22 de diciembre de 2032 en algún punto del ecuador terrestre.
La franja de posible impacto abarca desde el norte de Sudamérica hasta el norte de la India, atravesando el centro de África. A pesar de que la probabilidad sigue siendo reducida, el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG) de la ONU ha decidido no tomarlo a la ligera. Este comité, que coordina respuestas ante asteroides de más de 50 metros con un riesgo de impacto superior al 1% en las próximas cinco décadas, ha convocado dos reuniones clave: una con la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA y otra con los expertos de la ESA en Viena.
Por ahora, la estrategia es clara: seguir monitorizando el asteroide y reevaluar la situación a finales de abril o principios de mayo. Si el tamaño estimado sigue por encima de los 50 metros y la probabilidad de impacto no desciende, el SMPAG emitirá una recomendación a la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de Naciones Unidas (UNOOSA) sobre posibles acciones futuras.
Afortunadamente, no estaríamos ante un desafío sin precedentes. En septiembre de 2022, la NASA llevó a cabo con éxito la Misión DART, una prueba de defensa planetaria que logró desviar ligeramente la trayectoria de Dimorphos, la pequeña luna del asteroide Didymos. Ahora, la misión europea HERA está en camino para analizar los efectos de aquel impacto, mientras que China ya prepara su propio experimento en los próximos meses.
Todo lo que aprendamos de estos ensayos podría marcar la diferencia si algún día tenemos que enfrentarnos a una amenaza real. Porque sí, la probabilidad de impacto sigue siendo baja. Pero en materia de asteroides, cuando la ONU entra en alerta, nadie quiere confiar en la suerte.