A Apple le están creciendo los enanos desde que ha reconocido abiertamente que ralentiza a propósito sus iPhone viejos para, en teoría, preservar la vida útil de la batería del teléfono, algo que no ha gustado nada a sus compradores y a las organizaciones de consumidores.
De hecho, Apple podría enfrentarse a problemas legales en diversos países como Francia, en el que podría enfrentarse a cargos criminales por violar una ley sobre obsolescencia programada vigente en el país galo.
Según nos cuentan en Gizmodo, un grupo de actiuvistas franceses ha demandado a Apple por la ralentización de sus terminales, apuntando a que se debe penalizar a los de Cupertino por perjudicar el funcionamiento de los iPhone para que sus poseedores se compren uno nuevo.
Debido a las leyes francesas, esta demanda podría traer consecuencias muy graves para Apple, ya que los responsables pueden enfrentarse hasta a dos años de cárcel, una multa de hasta 300 000 euros y una sanción que afectará al 5% de los beneficios anuales de la compañía durante los últimos años.
