La resurrección de Palpatine es una idea que lleva rumiándose en Star Wars desde hace mucho tiempo. Y no, no hablamos del Universo Expandido. En 2015, cuando se comenzó el nuevo universo cinematográfico tras El retorno del Jedi por parte de Disney y Lucasfilm, ya existían trazas e ideas que podrían haber servido como pistas o pretextos argumentales para el retorno del Emperador Palpatine en El ascenso de Skywalker, pero los guionistas y creadores del film las ignoraron todas y decidieron tomar otras vías. No obstante, ni Colin Trevorrow, que casi dirige el Episodio 9, pensó en revivirlo. Ahora, a través de ScreenRant se nos recuerda que Chuck Wendig ya quiso jugar con el concepto de su vuelta hace años.
Una idea que fue calando hondo en Lucasfilm
Comencemos por lo básico: Trevorrow no quería traer de vuelta al Emperador Palpatine cuando trabajó durante meses en el noveno episodio de Star Wars, y ha reconocido que fue idea de Abrams. "Honestamente, jamás se me ocurrió nada igual. Lo felicito por ello. Fue una historia difícil de descubrir y plantear, y él encontró la llave", concluyó en su día. Pero muchos no estuvieron de acuerdo con la vuelta del villano Lord Sith. Más bien por las formas que por el hecho en sí. The Rise of Skywalker evitó revelar cómo sobrevivió Palpatine, algo que acabó explicándose en las novelas o los cómics anexos, y que a muchos le supo a poco. Se necesitaron múltiples formatos e historias paralelas para confirmar que el Emperador tenía un cuerpo clon preparado en el planeta Sith oculto de Exegol, lugar del que ya os hablamos en su día.
Cuando murió en El retorno del Jedi, su espíritu huyó a esta última fortaleza Sith, oculta en las regiones más distantes de la galaxia. Desafortunadamente, el plan del Sith fue apresurado, torpe y un tanto improvisado y el cuerpo clon diseñado no pudo contener el espíritu retorcido de Palpatine, que comenzó a descomponerse, y durante años se buscaron recipientes que funcionaran o albergaran su tenebrosa entidad, siendo el padre de Rey uno de estos clones fallidos. Según podemos ver en El ascenso de Skywalker, su cuerpo ya ha está dañado y débil, y necesita buscar uno nuevo.
Pero, por extraño que parezca, el canon de Star Wars ya había establecido el hipotético regreso de Palpatine, y lo había ignorado por completo, dejando ver cómo ha sido de improvisada la construcción de la trilogía cinematográfica y de la falta de cuidado en muchos aspectos de Lucasfilm en la coherencia argumental. La trilogía Aftermath de Chuck Wendig (Consecuencias en España) ya exploró el final de la Guerra Civil Galáctica, contando la historia del colapso del Imperio Galáctico después del sexto episodio, y ahondando en los orígenes de la futura Primera Orden y la Nueva República.
En estas novelas se explica cómo dos leales a Palpatine, uno de los cuales estaba convencido de que el Emperador regresaría, realizando un ritual oscuro que involucraba una máscara Sith y un Holocrón. La ceremonia nunca fue explicada del todo, pero e personaje de Yupe Tashu claramente creía que de alguna manera estos objetos estaban ligados a una forma de traer de nuevo al Emperador resucitado. "Palpatine sigue vivo. Lo encontraremos de nuevo en la oscuridad. Todo se ha arreglado como lo predijo nuestro Maestro. Todo avanza hacia el gran diseño. Todos los sacrificios se han hecho", remarcan en la novela. La trilogía Aftermath diseñó a Tashu como un fanático lealista y, como resultado, muchos de los lectores asumieron que estes rituales y comentarios no era más que una broma, un guiño a la resurrección del Emperador en el viejo Universo Expandido, pero al final acabó siendo especialmente profético.
