Joker fue una de las películas de 2019. Ganó el León de Oro en Venecia y le dio el Oscar a Joaquin Phoenix por su papel como Arthur Fleck, marcando un antes y un después en el género de las películas de superhéroes. Aplaudida por gran parte del público, no se libró de la polémica, pues muchos vieron en su supuesta complejidad psicológica una historia o treta barata, y en su discurso político y revolucionario, un pastiche. En cualquier caso, querida y odiada, fue un fenómeno taquillero y arrojó a los espectadores a una constante conversación y debate en el que David Fincher, que estrena Mank en Netflix y cines seleccionados, ha dado la puntilla.
David Fincher pone en dudas los aciertos y éxitos del film
La entrevista a David Fincher en The Telegraph es una de las más interesantes de los últimos tiempos, pues el cineasta de Seven no deja títere con cabeza, siendo muy crítico con las actitudes de Hollywood, poniendo en duda el avance de la industria y criticando las campañas de publicidad que surgen alrededor de films concretos.
"Hombre, nadie habría pensado que Joker podía ser un taquillazo si El caballero oscuro no hubiera sido el éxito que fue", admite con cierta ironía. De hecho, remarca que Warner Bros. era consciente del pelotazo que tenía entre manos cuando ya habían dado su propio campanazo con la cinta de Bruce Wayne y los suyos años antes.
Fincher es muy crítico con Joker. Opina que, pese a lo que se ha dicho durante meses, el film no es el producto de mirar al pasado y querer adaptar obras de Martin Scorsese como Taxi Driver o El rey de la comedia, ambas protagonizadas por Robert De Niro, a los nuevos tiempos y audiencias. "Siendo honesto, no creo que nadie hubiera mirado ese material", remarcaba en el diario. "¿De verdad creéis que van a pensar que 'sí, cojamos a Travis Bickle y Rupert Pupkin y metámoslos en una traición a los enfermos mentales, y ganemos miles de millones de dólares'?", puntualizaba. El creador de El secreto de Benjamin Button piensa que todo, en el fondo, no es más que un discurso prefabricado. Una maniobra de Hollywood para hacernos creer que se ha avanzado en las narrativas, que se es más reivindicativo y que por fin se toman en serio el cine de superhéroes. Pero lo que más le duele es que se comparen cintas como La naranja mecánica o El club de la lucha con Joker, equiparándolas como obras capaces de agitar a la sociedad y al espectador. Piensa que, al contrario que Todd Phillips, él lo tenía más difícil.
"La sensación general entre la gente del estudio era entonces de ‘nuestras carreras se han acabado’. El hecho de que pudiéramos hacer esa película en 1999 sigue siendo, para mí, un milagro", responde. Sin embargo, David Fincher obvia que Warner se negó en rotundo a producir Joker, intentando derivar esfuerzos y recursos monetarios al Universo DC más cinematográfico, sobre todo tras el éxito el año anterior de Aquaman. En cualquier caso, los tiempos cambian, y tras el éxito del film basado en el villano de Gotham, Warner Bros. plantea hacer secuelas o continuar con la historia de Phoenix en el cine.