George R.R Martin jura y perjura que su próximo libro de Canción de hielo y fuego, Vientos de invierno, está siendo finalizado. El autor, que anunció que se aislaba en su refugio durante la pandemia de coronavirus para centrarse en escribir, ha posteado en su famoso blog que se encuentra en las etapas finales de la novela. Martin, cuyos libros han inspirado el exitoso show de televisión Juego de tronos (que se emite en España a través de HBO), es uno de los autores más importantes de la fantasía actual y uno de los más vendidos en términos generales. ¿Completará el penúltimo volumen de su heptalogía antes de 2021?
Martin afirma que está terminándolo, aunque hace 9 años de Danza de dragones
George R.R. Martin es un autor muy concienzudo, que trabaja de forma bastante particular y que, como él mismo ha confirmado en alguna que otra ocasión, se distrae con facilidad. Escribe en un ordenador muy antiguo, con un programa de procesado de texto arcaico, y revisa varias veces aquello que relata en la pantalla hasta que está conforme con el resultado. Su estilo de escritura, y más en una novela río con tantas tramas y subtramas, hace que el avance sea aún más lento que lo deseado. Si a ello le sumamos las ganas que atesoran los millones de lectores que quieren ver qué sucede con las aventuras de Daenerys Targaryen, Stannis Baratheon o Jaime Lannister en las páginas de la secuela de Danza de dragones, tenemos una tormenta perfecta. De hecho, se han cumplido 9 años desde la publicación del anterior libro, y entre tanto, Martin ha publicado proyectos relacionados con el mundo de Poniente y Essos, como Fuego y Sangre, una novela que cuenta la historia de la Casa Targaryen desde su mismo inicio. Pero, ¿qué pasa con Vientos de invierno? Él esperaba terminarlo antes del 29 de julio de este mismo año, e incluso bromeó al respecto.
En cualquier caso, la semana pasada, el autor ha vuelto a subir una entrada en su Not A Blog, ofreciéndonos una pequeña actualización sobre su progreso. Martin confirma que ha vuelto de nuevo a su cabaña, aislándose del mundo de la mejor medida. "Duermo. Al día siguiente, me despierto y hago lo mismo.
Al día siguiente, al día siguiente y al día siguiente. Antes de Covid, solía salir una vez a la semana para comer en un restaurante o ir a el cine. Todo eso terminó en marzo", explica el escritor sobre su rutina antes del coronavirus.
"Desde entonces, pasan semanas y meses en los que nunca salgo de la cabaña, ni veo a otro ser humano excepto al que está de turno esa semana. Pierdo la noción de qué día es, qué semana es, qué mes es. El tiempo parece pasar muy rápido. Ahora es agosto y no sé qué pasó con julio. Pero es bueno para la escritura ... Mi vida está en casa, en espera... Y estoy pasando los días en Poniente con mis amigos... Y esa chica sin nombre, allá en Braavos", concluía. ¿Cuándo veremos Vientos de invierno? De momento, es una incógnita. Es comprensible que gran parte del público desee saber de la esperada continuación de la saga literaria, sobre todo tras el descomunal éxito de Juego de tronos para HBO, considerada la mejor y más valorada serie de lo que llevamos de siglo. Además, cuando se estrenó la sexta temporada, las divergencias con los libros fueron cada vez mayores, ya que los autores de la adaptación, Dan Weiss y David Benioff, se encontraron que no tenían material con el que seguir adelante más allá de las indicaciones de los destinos de los personajes ofrecidas por el propio Martin.
"Mi vida aquí es muy aburrida, hay que decirlo. A decir verdad, difícilmente se puede decir que tenga una vida. Tengo un asistente conmigo en todo momento (esbirros, los llamo). Los asistentes hacen turnos de dos semanas y deben permanecer en cuarentena en casa antes de comenzar un turno. Todas las mañanas me despierto y voy directo a la computadora, donde mi subordinado me trae café (soy completamente inútil e incoherente sin mi café matutino) y algún zumo, y a veces un desayuno ligero. Entonces empiezo a escribir. A veces me quedo así hasta que oscurece. Otros días hago un descanso a última hora de la tarde para responder correos electrónicos o devolver llamadas telefónicas urgentes", confirma el escritor, que se lamenta de lo monótono de todo. "Mi asistente me trae comida y bebida de vez en cuando. Cuando finalmente descanso por el día, generalmente al atardecer, hay una cena. Luego miramos la televisión o proyectamos una película. Sin embargo, el wi-fi absorbe la montaña, por lo que las opciones son limitadas. Algunas noches leo en su lugar. Siempre leo un poco antes de irme a dormir; cuando un libro realmente me atrapa, puedo leer la mitad de la noche, pero eso es raro", concluía.