2020 tiene su nuevo Ecce Homo. La famosa obra pictórica, restaurada de la peor de las maneras hace unos años, y que se convirtió en todo un meme, ya tiene sucesora. Hablamos de una polémica limpieza y restauración de una famosa pintura del artista barroco Bartolomé Esteban Murillo que ha acabado, una vez más, en tragedia. El cuadro ha sufrido una reparación dañina y desfigurante, que elimina todo el carácter original de la obra, y que ha puesto en duda la seguridad de muchas de las obras pictóricas que se encuentran en su misma situación, de deterioro y olvido, en España.
Los restauradores reclaman mayores garantías de conservación
Según los informes, de los que se hacen eco incluso la prensa internacional, un restaurador de muebles le cobró a un coleccionista de arte privado en Valencia una cantidad de 1200 euros por limpiar la imagen de la Inmaculada Concepción.
Sin embargo, el trabajo, en principio fácil según el restaurador, no salió según lo planeado y el rostro de la Virgen María quedó irreconocible a pesar de dos intentos de restaurarlo a su estado original. Una vez más, el caso ha recordado al famoso incidente de Borja, también en España, dónde una de las feligresas decidió restaurar por su cuenta un Cristo azotado en la pared de una iglesia en las afueras de la ciudad.
"No creo que se deba hacer referencia a este tipo, ni a estas personas, como restauradores", explicaba Fernando Carrera, profesor de la Escuela Gallega para la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural al periódico británico The Guardian. "Seamos honestos: son personas que arruinan este tipo de obras. Destruyen cosas", matizaba. Según ha explicado Carrera, la ley actualmente permite en España a las personas participar en proyectos de restauración, incluso si carecen de las habilidades necesarias o la titulación correcta para ello. "¿Te imaginas a cualquiera a quien se le permita operar o hacer cirugías complejas a otras personas? ¿O a alguien a quien se le permita vender medicamentos sin la licencia de farmacéutico?", añadía.
Aunque Fernando Carrera sabe que su profesión no es tan importante como la de un médico, sí es cierto que se queja de la falta de respeto a su labor en España, con caso cada vez más habituales de destrucción de obras. "Paradójicamente, muestra cuán importantes son los restauradores profesionales. Necesitamos invertir en nuestro patrimonio, pero incluso antes de hablar de dinero, debemos asegurarnos de que las personas que realizan este tipo de trabajo hayan recibido la educación necesaria en él", concluía mientras afirmaba que muchos de estos daños son, a todas luces, irreversibles. Carrera es consciente de que España tenía una gran cantidad de patrimonio cultural e histórico y que los gobiernos, de una forma u otra, no ha sabido conservar muchos de estos tesoros por falta de educación y respeto al pasado. "Es nuestra historia", concluía.