Francia ha anunciado nuevas medidas para evitar el brote de coronavirus que está afectando a Europa. El ministro de salud galo ha confirmado hace escasos momentos que extenderá la prohibición de reuniones de más de 5000 personas en espacios cerrados hasta el 31 de mayo, aumentando lo previsto en un principio. Según remarcan algunos medios, esto ha generado preocupación en la industria del entretenimiento al respecto de la celebración de la próxima edición del Festival de Cine de Cannes. En las últimas horas, hemos asistido a una valoración provisional que habla de catástrofe en lo referente a la taquilla, y pese al retraso de James Bond en su estreno en cines, otras majors han querido llamar a la calma.
El festival peligra, pero sus responsables de momentos no quieren cambiar la agenda
La prohibición de Francia a las grandes reuniones comenzó el 29 de febrero, pero el ministerio de salud ha querido aumentar las medidas y hacerlas más severas, confirmando que cada departamento o región del país tiene derecho a "prohibir o restringir, incluso a través de medidas individuales, otras reuniones más pequeñas", un hecho que pone en riesgo la celebración de multitud de festividades religiosas o pequeñas ferias.
Estas nuevas medidas, severas y mucho más restrictivas y que casan con las que está tomando Italia en sus regiones más afectadas, pone en duda la celebración del próximo Festival de Cine de Cannes, que se llevará a cabo del 12 al 23 de mayo y la más que probable cancelación del mercado cinematográfico de Cannes que reúne a los productores y principales miembros de la industria en un espacio reducido, el Palacio. El año pasado, congregó a más de 12.000 asistentes.
Variety se ha puesto en contacto con un portavoz del festival, que ha confirmado que ni el festival ni el mercado cinematográfico se verán afectados por esta prohibición, ya que ninguno de los eventos reúne a más de 5000 personas al mismo tiempo, y ha anunciado que están tomando medidas de seguridad sanitarias extras para evitar el contagio. Sin embargo, en Francia está golpeando con especial virulencia, y la industria del cine y la televisión ha cancelado distintos festivales de importancia, o posponiéndolos a fechas cercanas a otoño.