La Paradoja de Olbers, planteada por el astrónomo Heinrich Wilhelm Olbers en 1823, es una de las preguntas más intrigantes de la astronomía: si el universo está lleno de estrellas y es infinito, ¿por qué el cielo nocturno no está completamente iluminado? En un universo teóricamente infinito y eterno, cada dirección a la que mirásemos debería estar ocupada por la luz de una estrella, lo que haría del cielo nocturno un manto brillante y continuo. Sin embargo, esto no ocurre, lo que llevó a los científicos a buscar explicaciones sobre la naturaleza del cosmos.
Una de las respuestas clave para resolver esta paradoja fue el descubrimiento de que el universo no es eterno ni infinito, sino que tiene un principio y está en constante expansión desde el Big Bang, ocurrido hace aproximadamente 13.800 millones de años. Dado que el universo tiene una edad finita, la luz de las estrellas más distantes aún no ha tenido tiempo suficiente para llegar hasta nosotros, lo que ayuda a entender por qué el cielo nocturno sigue siendo mayormente oscuro.
La expansión del universo y otros factores clave
La expansión del universo también juega un papel importante. A medida que el universo se expande, las estrellas se alejan de nosotros y la longitud de onda de la luz que emiten se estira, un fenómeno conocido como corrimiento al rojo.
Esto provoca que la luz de las estrellas más lejanas se desplace hacia longitudes de onda más largas, haciéndola invisible al ojo humano, lo que contribuye aún más a la oscuridad del cielo nocturno.
Otro factor a considerar es la vida limitada de las estrellas. Las estrellas no son eternas; nacen, viven y eventualmente mueren. A medida que envejecen, muchas estrellas se apagan, dejando de emitir luz visible. Además, en el vacío del espacio existen nubes de gas y polvo interestelar que absorben y dispersan la luz, de manera similar a cómo la niebla atenúa el brillo de las luces en la Tierra.
En resumen, la Paradoja de Olbers nos ayudó a comprender que el universo no es estático ni infinito, sino que está en constante cambio y expansión. Las limitaciones de la velocidad de la luz, la vida útil de las estrellas y los efectos de la dispersión de la luz en el espacio son claves para entender por qué el cielo nocturno es oscuro a pesar de la vastedad del cosmos. Esta paradoja es un recordatorio de lo mucho que aún nos queda por aprender sobre el universo y su comportamiento.
