Elon Musk sigue en la diana. Tras atacar a Whatsapp y varias redes sociales de mensajería por el uso de los datos privados, parece que en las últimas horas la relación entre Elon Musk y los accionistas de Tesla atraviesa momentos aún más tensos que los vividos hace unas semanas tras el derrumbe del valor bursátil de la empresa. Al parecer, la reciente negativa de una parte de los accionistas a aprobar un salario de 46,000 millones de dólares para Musk ha exacerbado la situación, y se han generado divisiones aún más profundas entre el magnate, los accionistas y la junta. Ahora, una nueva demanda presentada en un tribunal de Delaware acusa al CEO de Tesla de usar información privilegiada para vender acciones por valor de 7500 millones de dólares.
Nuevas tensiones entre Elon Musk y accionistas de Tesla por la venta de acciones: el magnate acusado de manipular el mercado
Michael Perry, accionista de Tesla, acusa a Musk de incumplir su deber fiduciario al vender 45 millones de acciones antes de publicar los resultados del cuarto trimestre de 2022, que sabía serían negativos. Según Perry, Musk había prometido "un fin de año épico", pero vendió sus acciones antes de divulgar los malos resultados, logrando un beneficio de 3000 millones. Tras la presentación de resultados, las acciones de Tesla cayeron un 55%, en lo que es un nuevo capítulo en los baches que está viviendo el gigante de los coches eléctricos. Perry cree que se han saltado la regulación de prácticas anticorrupción en Estados Unidos, y eso es algo grave y digno de ser denunciado.
Hay que recordar que la normativa de EEUU dispone de mecanismos y normativas que impiden, obstaculizan y dificultan que directivos con información privilegiada puedan vender o comprar acciones a su favor, ya que esto se considera una manipulación del mercado para el beneficio personal.
La demanda considera que Tesla no los activó y que dichos controles no se establecieron de forma correcta. De hecho, se señala a la junta directiva de Tesla por permitir las acciones de Musk, acusándolos de "indiferencia imprudente".
Perry destaca que Musk tenía acceso a información en tiempo real sobre las ventas de Tesla, lo cual le permitió adelantarse a la caída de las acciones para saldar sus deudas con los prestamistas de Twitter. La demanda exige que Musk devuelva los beneficios obtenidos de esta operación y que se centre en recuperar una empresa que parece estar pasando por un mal momento en vistas del empuje de las compañías de motor asiáticas, que quieren inundar el mercado con nuevos vehículos a menor coste que los de Tesla.
