Siempre hay cierta nostalgia al mirar hacia atrás, una morriña que la industria audiovisual sabe explotar perfectamente. Aunque pueda dar la impresión de que no han pasado tantos años desde los 60 y los 80, lo cierto es que desde que se hicieron películas como El bueno, el feo y el malo o Psicosis ha pasado más de medio siglo y para muchas generaciones las producciones de esta época son retro casi al nivel de los cuadros del Museo del Prado.
Por eso, teniendo en cuenta la cantidad de gente que mira con fascinación aquella estética cinematográfica típica de la tecnología y formato de la época, Ultra Panavision 70, un fan de Juego de tronos ha hecho uso de la IA para reimaginar como luciría esta producción de HBO si se hubiera realizado hace 60 años.
Aunque las técnicas actuales son impresionantes, muchos aficionados y cineastas añoran la profundidad y el carácter que aportaba el formato de 70mm, utilizado en las décadas de 1950 y 1960 y resucitado en películas contemporáneas como Interestellar, Rogue One y Los odiosos ocho o incluso Oppenheimer.
Esta técnica, propia de décadas pasadas, añade una dimensión muy llamativa a las escenas, recordando la calidad visual de producciones antiguas. Daenerys Targaryen, Sansa Stark, Cersei Lannister, Jon Nieve, Khal Drogo e incluso Brienne de Tarth han sido recreados en este formato que recuerda al cine más clásico.
— Driver © (@cratoscanario) April 1, 2024
La obsesión por los 70 mm
La magia de los 70 mm en el cine moderno radica no solo en la técnica sino en la experiencia inmersiva que proporciona. Quentin Tarantino y Christopher Nolan son destacados por su predilección hacia este formato anacrónico, demostrando que su elección trasciende la mera nostalgia. Al grabar en 70 mm, en realidad se usa un film de 65 mm, ampliado posteriormente para incorporar pistas de audio, resultando en una experiencia cinematográfica de alta resolución y amplio espectro visual. Comparado con los estándares convencionales de 35 mm, el 70 mm ofrece una experiencia más lujosa y detallada, aunque su uso sea menos común debido a las complejidades de su producción y proyección.
Inicialmente, para superar las limitaciones de inmersión del formato estándar, se experimentó con Cinerama, buscando un efecto panorámico extremo. Sin embargo, este método presentaba desafíos, como la distorsión de la imagen y las exigencias técnicas para la proyección. Eventualmente, la innovación llevó al desarrollo del formato Todd-AO de 70 mm, mejorando significativamente la calidad de imagen y la experiencia cinematográfica, un legado que se extiende hasta hoy con tecnologías como IMAX.