La Gran Mortandad no es un término ficticio o difícil de demostrar para los grandes conocedores de los ecosistemas de la Tierra y la biodiversidad de los variados ambientes que enriquecen nuestro planeta. Pero muchos expertos y científicos discuten sobre la terminología correcta del fenómeno que ya estamos sufriendo los seres humanos. Hace semanas, un comité de expertos rechazó canonizar el término "antropoceno" para esta era geológica, pese a su arraigo y utilidad. La influencia humana en los sistemas naturales de la Tierra es innegable, aunque no siempre positiva. Un ejemplo palpable es la sexta extinción masiva que amenaza con la pérdida significativa de especies y géneros enteros en nuestro planeta. Y también nos afecta directamente a nosotros como seres humanos.
Una discusión sobre la terminología y su comienzo que no beneficia a nadie: la sexta extinción amenaza a la mayoría de especies de la Tierra
Pese a que el ser humano es responsable directo de la extinción de miles de especies, muchos científicos discuten la terminología aplicable a este tipo de fenómenos de desaparición masiva de animales, vegetales y de otros reinos. La sexta extinción de la Tierra es algo cuantificable, pero no todos tienen claro cómo llamarla y sus causas. El debate ahora radica en si esta extinción ya está en marcha, dando sus primeros o es solo una posibilidad futura. Más allá de la discusión terminológica, la preocupación reside en la desaparición no solo de especies, sino de géneros taxonómicos enteros.
Un estudio reciente, que ha causado cierto revuelo entre la comunidad científica, destacó que estamos presenciando la desaparición de géneros taxonómicos completos, como la paloma migratoria o el tilacino. Esta pérdida de biodiversidad plantea desafíos importantes para la preservación de la vida en la Tierra. Desgraciadamente, el término "sexta extinción" no convence a todos.
Algunos expertos, como Stuart Pimm de la Universidad de Duke, sugieren que es difícil identificarla. Sin embargo, el consenso radica en la preocupación por la pérdida de diversidad biológica en la Tierra, cada vez más acuciante y evidente, algo que puede generar un efecto mariposa y una reacción en cadena que dificulte la vida de los seres humanos en los más variados aspectos durante las próximas generaciones.
En el caso de existir una sexta extinción en la Tierra, no es algo que está sucediendo de la misma manera en todas las partes del mundo. Por ejemplo, la especies terrestres están más amenazadas que las marinas en términos absolutos, y hay evidencias que demuestran que las especies y los ecosistemas insulares experimentan peores datos que las continentales, y existen diferencias gigantescas entre plantas y animales, siendo la tasa de extinción de las plantas mucho menor. Pero aunque se arrojen evidencias y datos, la ciencia se construye y forja alrededor del debate derivado de los hechos contrastados. Y para muchos expertos dentro de la comunidad científica, esto no es real y la sexta extinción no ha comenzado ni tiene visas de hacerlo, y que siguiendo el ejemplo más evolutivo, simplemente se está demostrando que los humanos están desempeñando su rol natural dentro de la historia terrestre.
Sí, las extinciones han existido siempre sin necesidad de que el hombre esté implicado, y no está de más recordar que nuestro planeta Tierra ya ha sufrido cinco extinciones masivas en el pasado, cada una causada por diferentes factores, desde impactos de meteoritos hasta cambios climáticos drásticos. Estas extinciones han marcado períodos significativos en la historia de la vida en la Tierra, siendo seguidos por periodos de explosión biológica que han marcado, por norma general, el destino y la supremacía de ciertos géneros de animales y vegetales. Hay que destacar que la extinción de especies no solo significa la pérdida de formas de vida únicas, sino también la desaparición de información genética valiosa. Esta información genética podría tener aplicaciones en diversos campos, desde la farmacéutica hasta la bioingeniería, por lo que cualquier pérdida puede destruir avances enormes para la ciencia y el bienestar de los seres humanos.
¿Y si hay un tipo de hongo que puede ayudarnos a sintetizar una cura contra el cáncer? ¿Y si encontramos nuevos materiales estudiando formas de vida ocultas en la profundidad del Amazonas? Además, y en un plano más teórico, las especies extintas también se llevan consigo historias evolutivas importantes, que pueden ayudarnos a comprender mejor la evolución de la vida en la Tierra. La paleontología y el estudio de los fósiles ofrecen solo una visión limitada de la evolución, dejando muchas preguntas sin respuesta sobre la diversidad y la complejidad de la vida en nuestro planeta. Sea como sea, el reloj está jugando en nuestra contra.