El planeta Tierra ya nos está enviando señales de aviso, y sólo queda que no sólo la sepamos interpretar sino que también las tengamos presentes. La comunidad científica ha empezado a establecer paralelismos entre la aparición de algas y bacterias tóxicas, algo que también ocurrió en la Gran Mortandad: la extinción masiva que tuvo lugar en el Pérmico-Triásico, y donde también se dieron estas señales.
¿Se avecina otra Gran Mortandad?
Chris Mays, paleobotánico del Museo Sueco de Historia Natural, ha publicado una investigación en la revista Nature en colaboración con un grupo de científicos donde establecen este paralelismo entre lo que está sucediendo hoy en nuestro planeta y la Gran Mortandad ocurrida hace 250 millones de años, que llevó a la desaparición del 95% de las especies marinas y el 70% de las terrestres desaparecieron de la Tierra.
¿En qué se basan para hacer la comparativa? En la observación de lo que está sucediendo en nuestros lagos y ríos: la población microbiana que está apareciendo en estos cuerpos de agua son similares a las algas y bacterias tóxicas de la Gran Mortandad. Esto ha hecho que Mays, y los científicos que han colaborado con él en la investigación, alerten sobre una inminente extinción masiva de especies como ocurrió en el pasado.
¿Cuál es el problema? La cuestión reside en que estas floraciones microbianas convierten los hábitats acuáticos en "zonas muertas", como apuntan desde Vice: estos microbios asfixian a las especies marinas, provocando así la extinción. Por otro lado, también pueden retrasar la recuperación de estos ecosistemas durante millones de años.
Causas de la aparición microbiana y qué podemos hacer
Hay tres factores que explican la aparición de estos microbios, estrechamente relacionado con el cambio climático: las altas temperaturas, los gases de efecto invernadero y la llegada de nutrientes a las vías fluviales, que quedan así contaminados. "Hubo un aumento 6 veces mayor del dióxido de carbono durante el EPE (Pérmico) pero, en la actualidad, estos niveles aún no se han duplicado desde la época preindustrial”, apunta Mays.
Si bien ese mensaje es tranquilizador, por el momento, Mays agrega lo siguiente: "Debido al exorbitante incremento actual del dióxido de carbono, estamos poniéndonos al día con bastante rapidez”. En este sentido, apunta también: "Las posibilidades de eventos de proliferación microbiana dañina, junto con muchas otras facetas nocivas del cambio (por ejemplo, huracanes intensos, inundaciones, incendios forestales), también aumentan”.
Durante el Pérmico no hubo manera de evitar lo sucedido: las erupciones volcánicas junto a la inevitable deforestación fueron los culpables de la Gran Mortandad hace millones de años. Ahora, está en nuestras manos el evitar llegar a las mismas consecuencias.
"A diferencia de las especies que sufrieron las extinciones masivas del pasado, nosotros tenemos la oportunidad de prevenir estas floraciones tóxicas manteniendo limpias nuestras vías fluviales y reduciendo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero”.
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