George R.R. Martin, más conocido por ser el cerebro detrás de la saga Canción de hielo y fuego, en la que se basó la sensación global Juego de tronos, ha tenido siempre una inclinación especial hacia la ciencia ficción, un género que ha explorado con entusiasmo a lo largo de su carrera, como su novela Nightflyers, que tiene una adaptación en Netflix. A pesar de que la fantasía le ha otorgado fama mundial, Martin no ha dejado de lado su pasión por la ciencia ficción, plasmada en obras tempranas como With Morning Comes Mistfall (Con la mañana llega la niebla), Una canción para Lya o Muerte de la luz , evidenciando su versatilidad como autor y su capacidad para capturar la imaginación de los lectores más allá de los confines de Poniente.
La admiración del autor por el cine de ciencia ficción es tan profunda como su amor por la literatura, habiendo compartido su fascinación por clásicos indiscutibles del género con The Daily Beast. Películas como Planeta prohibido, con su enfoque casi shakespeariano y efectos visuales revolucionarios para su época, ocupan un lugar especial en su corazón, al igual que los icónicos filmes Alien y Aliens, que Martin elogia por su mezcla magistral de horror y ciencia ficción, y por las memorables actuaciones de Sigourney Weaver.
La inclusión de Blade Runner en su lista de favoritos, destacada por la dirección sublime de Ridley Scott y el discurso final icónico de Rutger Hauer, demuestra su apreciación por obras que combinan una narrativa poderosa con una estética visual impresionante.
Mejor las antiguas que los remake
Incluso se atrevió a señalar porque le gustan las versiones clásicas de algunas de las películas, criticando a las versiones más modernas, como el caso de La guerra de los mundos de 1953 que considera muy superior a la versión de 2005 de Steven Spielberg gracias, en parte, a sus extraterrestres “elegantes, siniestros e inolvidables”, mientras que la versión de Keanu Reeves de Ultimátum a la Tierra también la ha descartado en comparación a la original, encontrándolo “infinitamente preferible a la amarga misantropía del remake”.
Finalmente, la inclusión de Mad Max 2 de George Miller en su lista, a pesar de no encajar en el molde tradicional de la ciencia ficción espacial, subraya la visión de Martin de que la esencia de la ciencia ficción reside en su capacidad para explorar la condición humana y la sociedad a través de escenarios extraordinarios.
Esta es la lista completa:
- Planeta prohibido (Fred M. Wilcox, 1956)
- Aliens (James Cameron, 1986)
- Blade Runner (Ridley Scott, 1982)
- Alien (Ridley Scott, 1979)
- La invasión de los ultracuerpos (Don Siegel, 1956)
- Mad Max 2 (George Miller, 1981)
- Estrella oscura (John Carpenter, 1974)
- The War of the Worlds (Byron Haskin, 1953)
- Ultimátum a la Tierra (Robert Wise, 1951)
- Star Wars: Episodio V - El Imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980)
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