Guillermo del Toro, el aclamado director mexicano, es propietario de varias residencias en California, pero ninguna tan singular como la 'Bleak House' en Los Ángeles. Esta mansión, que acaba de ser visitada por el creador Hideo Kojima, que parece sacada de una de sus películas, como Hellboy, El laberinto del fauno o La forma del agua, resalta por su inmensidad y su peculiar decoración gótica.
Dentro de sus muros, Del Toro alberga una vasta colección de objetos que reflejan sus pasiones e intereses, desde bocetos originales de películas de Disney hasta elementos de utilería de sus propias obras, junto con estatuas de gran tamaño, esqueletos y calaveras, rindiendo homenaje a autores como Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft, del que tiene una estatua a tamaño real. También tiene figuras la Criatura de la Laguna Negra, la niña del Exorcista o El fantasma del paraíso.
Es por eso que Kojima, en su visita, ha disfrutado 'como un niño chico', haciéndose fotos con todas las figuras de Del Toro que estaban a su alcance. La relación entre ambos es muy buena, a pesar e que a ambos les persiga la sombra de P.T., el que prometía ser uno de los mejores juegos de Silent Hill. Siempre que se les ve junto, se vuelven a resucitar las esperanzas de los fans por ver un juego de terror de estos dos creadores.
With my dear friend, Guillermo del Toro. pic.twitter.com/r6yFAjwHtO
— HIDEO_KOJIMA (@HIDEO_KOJIMA_EN) January 11, 2024
Un museo de los horrores
Aunque Guillermo del Toro no reside en Bleak House, ya que ni su esposa ni sus hijas encuentran el reciento lo suficientemente agradable como para vivir, el lugar se mantiene cercano a su hogar y sirve como una fuente de inspiración y un refugio para el trabajo tranquilo. La casa, una mezcla de terror y fantasía, no solo alberga monstruos y criaturas extrañas, sino también estatuas de personajes del director japonés Hayao Miyazaki de Studio Ghibli, añadiendo un toque menos terrorífico.
Del Toro describe a los directores de cine como "urracas" que recogen tesoros para su nido y Bleak House es un claro ejemplo de ello, albergando pasillos que conducen a habitaciones dedicadas a Dickens, Mary Shelley, y al corredor Nosferatu, entre otros. Esta visión se refleja en la forma en que ha personalizado su propiedad en Santa Mónica, con una estética europea que incluye detalles griegos y españoles. La casa, construida alrededor de 1920 y remodelada varias veces, demuestra la pasión del director por fusionar el arte, el terror y la historia en un solo lugar, creando un espacio que es una extensión de quién es y ofreciendo a los visitantes la oportunidad de sumergirse en su mundo único y fascinante.
