Una colaboración innovadora entre genetistas y conservacionistas, liderada por Colossal Biosciences y la Mauritian Wildlife Foundation, busca resucitar al extinto dodo, un ave regordeta e inofensiva que el ser humano se encargó de extinguir, y reintroducirlo en su hábitat original en la isla Mauricio.
Este animal, extinto desde 1681 debido a la caza humana y la introducción de especies invasoras como perros y gatos que los mataban a placer, se ha convertido en un emblema de la extinción provocada por el hombre. La secuenciación completa del genoma del dodo conseguida por Beth Shapiro, paleogenetista principal en Colossal, junto con la del solitario de Rodrigues (un pariente extinto del dodo) y la paloma de Nicobar (el pariente vivo más cercano del dodo), han conseguido un avance crucial en este proyecto, acercando aún más este parque 'jurásico' (el dodo no pertenece al jurásico) de dodos.
Imposible hacerlo con dinosaurios
Conllevando bastantes menos peligros que en el caso de la ficción con dinosaurios ya que el dodo es un ave regordeta bastante inofensiva. También hay investigaciones que tratar de resucitar a los mamuts y otras especies de la edad de hielo, sin embargo, emplear las mismas técnicas en el caso de los dinosaurios es imposible debido a la antigüedad de su ADN. Este material se degrada con el tiempo, y el de estos antiguos animales, que se extinguieron hace unos 65 millones de años, es tan antiguo y está demasiado fragmentado como para recuperarlo o secuenciarlo de manera completa y fiable. Además, no existen especies vivas lo suficientemente cercanas a los dinosaurios que puedan servir como anfitriones o referencias genéticas.
Ingeniería genética para la desextinción
Colossal Biosciences planea recrear al dodo comparando su genoma con el de la paloma de Nicobar y editando células precursoras de gametos (PGCs) para expresar rasgos físicos del dodo. Estas PGCs editadas se insertarán en embriones de pollos estériles para producir, teóricamente, descendientes con características del animal extinto. Este enfoque se basa en experiencias anteriores donde PGCs de una especie se introdujeron en otra para crear híbridos.
El problema de reintroducirlo en su hábitat original son los turistas. Mauricio es una isla pequeña y que en las últimas décadas se ha llenado de zonas turísticas y urbanización desordenada. Tanto que Vikash Tatayah, director de conservación de la fundación, explicaba en la CNN que "el sitio ideal no existe". El regreso del dodo "no ocurrirá de la noche a la mañana... estamos hablando de probablemente una década", señala.
La resurrección del dodo no solo es un hito en la ingeniería genética, sino también un símbolo de optimismo en la conservación, potencialmente inspirador en un contexto de cambio climático y pérdida de biodiversidad. Sin embargo, expertos como Julian Hume, paleontólogo aviar, advierte en la CNN sobre la complejidad y las limitaciones del proceso, subrayando que el producto final podría no ser un dodo auténtico.