La NASA ha conseguido un hito histórico a nivel científico. La agencia especial ha logrado, tras prepararse durante meses para ello, transportar a la Tierra una muestra de un asteroide Benuu, el cual podría proporcionar una información única a los científicos y expertos sobre el origen de la vida y sobre la formación del Sistema Solar hace unos 4500 millones de años.
Un viaje de siete años, una sonda y unas muestras que cambiarán nuestra percepción de la vida y el cosmos
La misión a la que fue enviada la cápsula de retorno de la nave OSIRIS-REX de la NASA ha logrado regresar a la Tierra, de una manera controlada y perfectamente calculada, el pasado domingo. La sonda ha conseguido reingresar en nuestro planeta con 250 gramos de muestras de polvo y roca del asteroide Bennu, finalizando una odisea especial de siete años y que parecía imposible. De hecho, fue muy criticada por muchos, que creían que estaba abocada al fracaso. La roca del asteroide esta compuesta por un material prístino, el cual ayudará a profundizar acerca de la formación y origen de nuestro sistema solar, hace más de 4500 millones de años, y quizás sobre el origen de la vida en nuestro planeta. Sí, son objetivos muy grandes, pero la misión no era una misión cualquiera.
Se trata de la primera vez que la NASA consigue traer a la Tierra las muestras de un asteroide, un hito histórico, y aunque la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de asteroides en 2020, la cantidad fue francamente irrisoria en comparación. Tras lanzarse en 2016, y tras más de 3 años de regreso, la cápsula del OSIRIS-REX aterrizo de forma suave en paracaídas a las 14:55 UTC (16:55 hora española) en el complejo Utah Test and Training Range del Departamento de Defensa de Estados Unidos, como estaba previsto. Ingresó a más de 43.450 kilómetros por hora en nuestra atmósfera, frenándose con un paracaídas especial, que redujo su velocidad hipersónica a subsónicas. Cuando apenas estaba a 1,6 kilómetros del suelo, descendió suavemente.
Ahora se procederá a su análisis en el laboratorio especial del Control Johnson de la NASA. Se espera que, en 2029, el satélite o sonda de nuevo en la órbita del asteroide para realizar una misión de reconocimiento que durara algo menos de dos años. Es otra de las grandes noticias que la NASA nos ha dado en estos días.
