Charlize Theron es una de las estrellas más reputadas de Hollywood. Ha pasado por proyectos como Atomic Blonde, Mad Max: Fury Road, Fast and Furious, Bombshell, Prometheus y muchísimos más. El compromiso que la artista ha tenido con su carrera profesional ha sido increíble, transformando su cuerpo de forma radical en filmes como Tully o Monster para meterse más en el papel y representar de la mejor forma posible a sus personajes. Sin embargo, en una entrevista para Variety, la artista ha asegurado que eso se acabó, nunca más volverá a subir de peso en la industria cinematográfica: "Nunca volveré a hacer una película y decir: 'Sí, ganaré 18 kilos'. Nunca lo volveré a hacer porque no te lo puedes quitar".
Charlize Theron afirma que nunca más va a volver a subir de peso para ninguna de sus películas y explica lo duro que es ganar kilos a la fuerza
"Cuando tenía 27 años, hice 'Monster'. Perdí 13 kilos como de la noche a la mañana. Me salté tres comidas y luego volví a mi peso normal", comentaba la artista. Aunque la película de Patty Jenkins le permitió hacerse con un premio Óscar a Mejor actriz, el proceso de transformación por el que pasó Theron no fue fácil, pero gracias a que era joven pudo volver a su peso normal rápido.
Después de Monster, años más tarde, tuvo que ganar cerca de 23 kilos para hacer Tully, y le costó una barbaridad poder bajar ese peso para regresar al cuerpo que tenía antes de enzarzarse en el proyecto de Jason Reitman. "Luego lo hice también a los 43 años para 'Tully', y recuerdo que un año después de intentar perder peso, llamé a mi médico y le dije: 'Creo que me estoy muriendo, porque no puedo perder este peso'. Y él me dijo: 'Tienes más de 40 años. Cálmate. Tu metabolismo ya no es el que era'. Nadie quiere escuchar eso".
"Gané cerca de 23 kilos para esta película", explicaba a ET. "Quería sentir lo que sentía esta mujer, y creo que esa era una manera de acercarme a ella y adoptar esa mentalidad. Sabes, fue una gran sorpresa para mí, pero me llevó a la depresión. Por primera vez en mi vida comía muchísimos alimentos procesados y bebía demasiado azúcar. No fue tan divertido estar presente en esta película". Tully, por sus palabras, fue el trabajo más duro al que jamás se ha enfrentado. "Las primeras tres semanas siempre son divertidas porque eres como un niño en una tienda de dulces. Así que fue divertido ir a desayunar a In-N-Out y tomar dos batidos", decía.
"Pero luego, después de tres semanas, ya no es divertido. De repente, terminas de comer esa cantidad de comida y luego se convierte en un trabajo", seguía la artista. "Recuerdo tener que poner mi alarma en medio de la noche para simplemente mantener el peso. Literalmente me despertaba a las dos de la mañana y tenía una taza de macarrones con queso justo a mi lado. Me despertaba y simplemente me lo comía... Simplemente me lo metía en la garganta. Es difícil mantener ese peso". Y lo peor de todo, es que nadie sabía que había ganado ese peso realmente y muchos creían que lo visto en Tully eran protesis: "Es difícil porque tuve ruedas de prensa y charlas sobre el tema y nadie sabía que lo había hecho para esto", dijo Theron en ese momento. "Cuando aparecieron las primeras fotos, todo el mundo pensó que eran prótesis. Y luego fui a conferencias de prensa y fue como si nadie lo supiera".