Aunque todavía no hemos sido testigos de un impacto severo de asteroide en la Tierra, los científicos están buscando de forma constante métodos de defensa que permitan proteger a la población mundial del posible choque contra cuerpos celestes peligrosos. Aerospace Corporation ha presentado ahora un método que podría funcionar de maravilla en el futuro. Nahum Melamed, lider del proyecto, tuvo una brillante idea después de realizar una pequeña visita a SpinLaunch, "una empresa de desarrollo de tecnología de vuelos espaciales que trabaja en tecnología de aceleradores de masa para mover cargas útiles al espacio". Melamed descubrió allí un sistema de aceleración suborbital que podía poner cargas en óbita. Eso le llevó a preguntarse: "¿Cómo puedo usar este mismo sistema para desviar un asteroide?". Parece que la respuesta ya está sobre la mesa.
Aerospace Corporation quiere crear una especie de máquina que se encargue de desviar la dirección de los asteroides adhiriéndose a ellos
Lo que Aerospace Corporation propone es lo siguiente. Crear esta especie de máquina y ponerla a prueba antes en nuestro planeta y, después, en la Luna. Estas pruebas servirían para realizar un seguido de mejoras, basadas en el ensayo y error, para pulir el sistema de cara a la llegada de un asteroide realmente peligroso para nosotros. La idea consiste en crear una bestia tecnológica capaz fijarse en el propio cuerpo celeste y, a partir de ahí, ir rascando y catapultando cargas de regolito, polvo y rocas al espacio.
Es decir, ir minando el cuerpo del asteroide para que este poco a poco vaya perdiendo fuerza y su rumbo quede alterado, impidiendo así que termine llegando a la Tierra. "El retroceso provocado por ir lanzando material al espacio causaría una pequeña perturbación", explicaba Melamed en una entrevista concedida a Gizmodo.
"Con el paso del tiempo, semanas o meses, la fuerza de ese retroceso debería ser capaz de desviar el asteroide", continuaba. Este prototipo de catapulta todavía no se ha puesto en funcionamiento como tal, pero se estima que en un plazo de dos años empiece a estar en funcionamiento. Y esto, además de servir como protección para el planeta, también tiene un uso comercial. Según se ha comentado, el material del asteroide que se lance al espacio puede ser recogido posteriormente para un uso de compra y venta. Seth Jacobson, profesor asistente de ciencias planetarias en la Universidad Estatal de Michigan, opinó sobre el asunto: "Este enfoque es como convertir el regolito del asteroide en una especie de combustible para cohetes y es muy creativo".
Si hacéis buena memoria, esta catapulta tiene sus parecidos con lo visto en No mires arriba, el célebre filme de Adam McKay que triunfó en Netflix con Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio. La cinta llamó la especial atención del público gracias a cómo se representaba una situación de riesgo con una monstruosidad rocosa dirigiéndose hacia la Tierra para destruirla. Uno de los métodos empleados por Isherwell, el magnate interpretado por Mark Rylance cuya principal obsesión es hacer más y más dinero, para desviar ese asteroide era el de extraer unos materiales muy valiosos del cuerpo celeste para, en parte, debilitar la estructura y convertir posteriormente al asteroide en algo inofensivo. Por desgracia, la operación no salió bien. Esperemos que la cosa cambie en la realidad.
