Miércoles es sin duda el fenómeno del año para la plataforma de Netflix. El regreso de Tim Burton a la dirección con un spinoff de La familia Addams ha sido mejor de lo que esperábamos, puesto que el cineasta ha sabido darle un enfoque distintivo al producto alejándolo de las producciones cinematográficas de la saga de la que parte el personaje interpretado aquí por Jenna Ortega. Miércoles ha conseguido superar en audiencia a bombazos como la temporada 4 de Stranger Things en muy pocos días tras su lanzamiento, siendo así una de las series más vistas de este 2022. La crítica, por su parte, tampoco ha tratado nada mal a la ficción que cuenta con Christina Ricci en sus filas, con un 88% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes. Pero, ¿a qué se debe el éxito de la serie? Lo estudiamos en cinco claves.
Jenna Ortega lo borda como Miércoles y enamora al público
La interpretación que realizó la mencionada Christina Ricci en las películas de los noventa era la que definía hasta la fecha al personaje de Miércoles. La hija mayor de los Addams siempre ha sido seca, seria y poco social, con una obsesión extraña por la muerte y con las ideas muy claras, teniendo claro que los diferentes son los demás y no ella. Jenna Ortega ha cogido parte de esos elementos y les ha dado una vuelta para empujar al personaje por unos caminos similares a los de la nueva Sabrina de Netflix.
La Miércoles de Ortega sí puede socializar, por ejemlo, pero mantiene ese tono gótico y oscuro con el que fue creado el personaje originalmente. No es tan seca como la versión de Ricci, lo que permite poder empatizar más con ella y estar más apegado emocionalmente al personaje. Desde luego, Ortega ha hecho por ahora el papel de su vida, aunque su carrera aun tiene mucho que ofrecer.
El tono juvenil con espíritu de Sabrina, Riverdale o incluso Harry Potter
Se ha optado por escribir una historia adolescente, con sus particulares romances y dramas entre amistades, para ahondar en la leyenda de los Addams. Fusionando las nuevas tecnologías (que no son nada nuevas ya, pero ya nos entendéis) con los conceptos que veíamos de la mano de Barry Sonnenfeld se obtiene un cóctel muy atractivo para los más jóvenes que no tenían experiencia dentro de la saga y se atrae además a los veteranos al combinar lo visto en el pasado con lo nuevo, dándole así un toque de frescura.
Los uniformes, los personajes con poderes, las relaciones entre los protagonistas y el hecho de que haya una especie de elegida (con ese aliciente de 'fin del mundo' en un colegio) hace que sea inevitable no ver semejanzas con la saga de Harry Potter, cosa que por otro lado le sienta como un guante.
La dirección y tono de Tim Burton vienen como un guante
No tenemos ninguna duda: no había otro director mejor para este proyecto que Tim Burton. El cineasta especializado en lo gótico ha vuelto a sus orígenes y a su forma más óptima con Miércoles. A cargo de cuatro episodios y del estilo artístico de la ficción, Burton demuestra que está en plena forma y que pocos como él pueden firmar con tanto éxito productos que compaginen el terror con el drama y el romance. La familia Addams pedía a gritos la mano de Burton.
Que Christina Ricci forme parte de la serie es una gozada
Pensábamos que el papel que tendría Christina Ricci sería más bien anecdótico, como poco más que un cameo. Pero la verdad es que se ha reservado para la actriz que interpretó a Miércoles en su día un papel maravilloso y de gran impacto para la trama. Burton y el resto del equipo no se han olvidado de los orígenes de los Addams.
La representación del fantástico y el arte de la serie
Aunque no es la primera vez que nos topamos con unos decorados tan bien acabados en televisión, en lo que respecta a género fantástico siempre por supuesto, Miércoles sale muy bien del paso y presenta una variedad de monstruos y seres que bien podrían haberse escapado de la Freaks de 1932, pero con unos acabados brutales eso sí. La atmosfera de Miércoles, entre el terror, el thriller y la comedia veces, sabe poner los pelos de punta a los espectadores y meterles de lleno en la puerta en escena.