James Cameron es una de esas figuras únicas dentro de Hollywood. El director de Avatar -y su futura secuela-, responsable de algunos de los éxitos más grandes de la historia del cine como Titanic o Terminator 2, es además de un gran director un increíble artista. Cameron solía hacer carteles de películas y era un gran creativo, capaz de firmarte una tonelada de storyboards en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, en su nuevo libro, Tech Noir: The Art of James Cameron, el director habla sobre su tiempo creando carteles para una vieja compañía de películas llamada Saturn y en los motivos de la sencillez del primer póster de Aliens: El regreso.
James Cameron y los pósters de sus películas: ¿por qué el de Aliens es tan sencillo?
"Son películas horribles", ha comentado James Cameron, que ha charlado con Gizmodo y otros medios internacionales. "Recomiendo encarecidamente que nadie las vea, como yo hice. Solo pude ver una unos cinco minutos antes de apagarla", explica sobre sus primeros trabajos y de la manera en la que se cocinó Aliens y su primer cartel. "Nunca he presionado a los departamentos de marketing para que vayan de una forma u otra, ya sean fotos o ilustraciones", ha explicado Cameron.
"Siempre me muestran cosas. Creo que en Avatar fue distinto, y de hecho trajimos a Dylan Cole, que era uno de nuestros diseñadores, y Dylan hizo las imágenes para Avatar. Lo creas o no, literalmente las hicimos en nuestro propio departamento de diseño. Así que creo en nuestra filosofía de la misma manera que solía creer en las portadas de todos esos libros de ciencia ficción que solía comprar cuando era niño. Si era una buena portada, compraba el libro", admite entre risas antes de pasar a Aliens. "¡Recuerdo que había una historia divertida sobre el póster de Aliens! Tenía una opinión firme sobre eso", añade rememorando cómo se gestó el póster de la secuela de uno de los filmes de ciencia ficción más influyentes de la historia.
"Entré en la oficina del jefe de marketing de 20th Century Fox, literalmente lo conocí en su último día en la oficina y, de hecho, su despacho estaba ya cerrado. Fui su última reunión antes de dejar el trabajo. Estaba sentado en el escritorio y tenía una pequeña rana de plástico verde y apretaba una bombilla y la hacía saltar alrededor del escritorio. Le dije, ‘¿Qué pasa con la rana?’ Y él dijo, ‘Es mi rana para el estrés’. Pensé, ‘Está bien, este tipo tiene problemas'", recuerda. "Luego dijo: ‘Tengo un póster para ti’. Y me mostró esta versión. Creo que puedes conseguirla online, algunas de ellas se filtraron", admite.
"Me presentó un collage de fotos horrible. Se veía peor que una cinta de Roger Corman porque, como yo, Roger creía en los póster simples pero buenos. Quizás no hacía buenas películas, pero siempre tenían un cartel realmente bueno. Recuerdo estar mirando aquel póster, sostenerlo en mis manos y decir: 'Oh, déjame decirte exactamente lo que pienso de esto'", y acto seguido, el cineasta de Mentiras arriesgadas lo arrugó delante de las narices del jefe de publicidad de la major. "Lo arrugué en una bola, lentamente, y lo tiré a una esquina. El tipo empezó a darle a la rana del estrés. Entonces comenté: ‘Honestamente, si pudiera elegir entre ese pedazo de mierda y un simple póster completamente negro, iría con el marco completamente negro’.", espetó en su día el cineasta. Y así sucedió.
"Nada más salir de la oficina, el tipo de Fox llamó a alguien, se levantó y dijo: ‘¡Lo quiere todo negro!’ Resulta que no estaba escuchando lo que estaba diciendo. Por tanto, si alguna vez te preguntaste por qué literalmente no había nada en el primer póster para Aliens, esta es la historia", confirmaba Cameron, que sin quererlo, empezó con una de campaña de promoción que levantó el interés de la secuela entre el público. El resto, como suele decirse, es historia.