Rocky IV se prepara para celebrar su aniversario y, con motivo de dicho acto, Sylvester Stallone nos ha recordado el momento en el que Dolph Lundgren, quien interpreta al peligroso Drago en el largometraje de 1985, casi acaba con su vida en el momento del combate entre ambos. La cuarta entrega de la saga de El potro italiano es una de las más recordadas debido a ese combate entre ambos actores, provocando un seguido de críticas mixtas en su globalidad pero siendo un éxito rotundo en taquilla.
El largometraje va pasado ahora por un proceso de reedición añadiendo 40 minutos extra a través de un montaje del director, y Stallone ha aprovechado para sacar a la palestra ese instante en el que por poco pierde la vida a causa de que se buscaba cierto realismo en la pelea y, por aquel entonces, Lundgren era capaz de partir un roble de un puñetazo si se lo proponía, enviando de hecho a Stallone al hospital a la primera de cambio.
"Lo primero que rodamos fue mi entrada, la entrada de Lundgren y las presentaciones, y luego me lesioné durante la pelea y tuve que ser trasladado a cuidados intensivos a California desde Canadá. Lundgren me pulverizó. Y no lo sentí en aquel momento, pero más tarde esa noche mi corazón empezó a hincharse. Mi presión sanguínea subió a 260 y estuve a punto de morir. Lo siguiente que recuerdo es que estaba en un vuelo de emergencia a baja altura, en cuidados intensivos rodeado de monjas y luego, después de eso, tenía que volver y terminar el combate", explica Stallone.
Un nuevo título; Rocky IV: Rocky vs. Drago
Esa reedición de Stallone, además, ha pasado ahora por un lavado de cara que ha cambiado hasta el título del largometraje. "Las escenas de lucha son más intensas, la música es más potente y el drama se intensifica cuando el campeón mundial de los pesos pesados debe defender su título una vez más, esta vez contra su más formidable oponente".
Lo mejor de todo es que esa secuencia en la que Stallone tuvo que irse al hospital se mantiene en el largometraje, formando parte del combate. Y es que el mismo actor no quiso eliminarlo del montaje teniendo en cuenta que forma parte de la esencia del film y que le otorga mucho más realismo e intensidad al combate. Lundgren por poco se carga a una de las estrellas más queridas de Hollywood por culpa de su fuerza bruta. Y es que para llevar a Stallone al hospital hay que ser una auténtica bestia...
