Seguro que recordaréis Project X, el film de 2012 en el que un grupo de adolescentes organizaba una fiesta y la cosa se desmadraba, con miles de invitados conquistando el vecindario, estrellando coches y causando estragos por doquier. Pues bien, ha pasado. Sí, la realidad supera a la ficción una vez más. Y es que un usuario de TikTok, conocido como Adrian, tuvo la idea de invitar a un montón de personas a su fiesta de cumpleaños a través de un vídeo en la citada red social. Si bien no esperaba tal reacción, en apenas unas horas el clip se hizo especialmente viral y congregó a miles de personas en una rave improvisada que ha acabado con cerca de doscientas personas detenidas y unos disturbios de esos que hacen época (vía Gizmodo).
Una fiesta multitudinaria
TikTok es un lugar peligroso si no se sabe usar con cierta cabeza y Adrian Lopez lo ha aprendido a las malas. El adolescente, residente en California, invitó a sus seguidores de TikTok a su 17 cumpleaños a lo que iba a ser una fiesta tranquila. Titulada Adrian’s Kickback, pretendía reunir a sus amigos de la escuela en la playa de Huntington Beach, al sur de Los Ángeles, pero pronto ese inocente clip se viralizó al llegar a la opción 'Para ti', una de las opciones de la app oficial y la cual llevó a la invitación a lograr más de 234 millones de reproducciones antes de que su creador original decidiera borrarlo ante la tremenda difusión que había alcanzado en apenas unas horas.
El pasado 22 de mayo se consumó la definición de viralización en una fiesta multitudinaria que no tiene parangón alguno en la época de las redes sociales. Como explican en Gizmodo, ni siquiera la cacareada quedada para invadir el Área 51, algo de lo que se habló durante meses, había conseguido tal éxito. En la fiesta de Adrian se reunieron aproximadamente 2500 personas, que viajaron a Huntington Beach desde todas partes de Estados Unidos. Los Angeles Times ha confirmado que la ciudad acabó desbordada por la afluencia de fiesteros, muchos de los cuales acabaron arrestados. De hecho, los disturbios posteriores fueron bastante grandes, ya que hay muchos trabajadores públicos, funcionarios y dueños de tiendas y locales que todavía están evaluando los desperfectos y sumando los daños causados por la fiesta sin saber a quién facturárselos.
"Los asistentes a la fiesta lanzaron fuegos artificiales contra una multitud en medio de la Pacific Coast Highway, se subieron a los coches de la policía, treparon palmeras y postes de banderas y saltaron desde el muelle hacia una multitud de personas que estaba debajo para hacer crowd surfing. Se rompió una ventana de un CVS, se marcaron negocios con grafitis y el techo de la torre de salvavidas número 13 se derrumbó tras ser escalada", explicaba el periódico. "Era un ambiente propio de un festival, y no hubo nada que marcase un final, quizás ese fue el problema", explicó Neil Broom, que fue testigo de la fiesta de cumpleaños más épica y peligrosa de Estados Unidos desde uno de los restaurantes de la zona. "Estaban literalmente jugando entre el tráfico de Pacific Coast Highway", prosigue mientras remarca que la muchedumbre buscaba a Adrian desesperadamente.
Diversos medios y policías remarcan que la combinación de las ganas de muchos jóvenes de pasarlo bien tras un año de pandemia y la relajación de las medidas sanitarias, hicieron el resto. "Fue algo asombroso de ver. Era una avalancha de gente entrando. El tamaño de la multitud creció exponencialmente", explica la portavoz de la policía, que ha declarado cómo se fue gestando la fiesta en Huntington Beach. Lógicamente, y como se puede ver en TikTok bajo el hashtag #adrianskickback, que acumula más de 345 millones de reproducciones, el festival continuó sin descanso durante horas. La gente hizo caso omiso a la policía, gritaba por las calles y bebió hasta bien entrada la madrugada pese al toque de queda obligatorio que decretaron las fuerzas del orden a las 23:30 horas. Adrian, que ha pedido disculpas, intentó que su fiesta fuese finalmente privada hasta el último momento cuando vio que la cosa se desmadró. Estuvo en Los Ángeles, asociándose con una tienda de ropa conocida como Cookies N’ Kicks, permaneciendo oculto hasta que su localización se filtró, entrando la policía a ponerlo a salvo de la multitud que quería ser parte de una fiesta que se fue de las manos.
