El combustible es uno de los principales problemas a la hora de hacer despegar una nave espacial que debe salir de la Tierra en dirección a las estrellas. La cantidad de combustible necesario para hacer que una nave pueda salir de nuestro planeta dirección al espacio y moverse con relativa libertad allá a donde vaya es enorme. Supone supone un coste gigantesco y es un verdadero peligro para los astronautas que se sientan en ella, ya que cualquier fallo puede supone una explosión de proporciones catastróficas. Ahora, como nos cuentan desde Gizmodo, parece que la NASA está dispuesta a retomar el desarrollo de naves espaciales que utilicen un sistema de propulsión basado en la energía nuclear. En colaboración con DARPA, que ayer presentaba un chip para detectar el coronavirus, ya se han han seleccionado las compañías que estarán encargadas de este nuevo sistema tan innovador como prometedor en la exploración extraplanetaria.
A vueltas con la propulsión nuclear: en los años setenta se planteó
La propulsión térmica nuclear no es algo nuevo, y de hecho, lleva décadas siendo la solución más práctica para los viajes espaciales. La NASA ya la planteó en la década de los años setenta, comenzando a considerar esta tecnología como la ideal para permitir y facilitar los viajes espaciales más duraderos. Además, ofrecía mucha más libertad que el combustible tradicional, presentando a los responsables de la agencia espacial de Estados Unidos la posibilidad de misiones tripuladas a Marte y más allá.
Sin embargo, el interés en la carrera espacial decayó tras los éxitos de los años sesenta y setenta, y tras varios intentos, el proyecto ha estado paralizado desde entonces. Tras décadas guardado en un cajón, la NASA ha replanteado su estrategia con este tipo de propulsión y ha recibido luz verde desde la agencia de investigación avanzada de proyectos de defensa (DARPA).
Tanto la NASA como DARPA han seleccionado a tres compañías que deberán construir un sistema de propulsión nuclear y demostrar su funcionamiento para el año 2025, siendo Lockheed Martin, General Atromics y Blue Origin (la compañía de exploración espacial de Jeff Bezos, que ha puesto sus ojos en la Luna). Estos tres contratistas tendrán varios años para desarrollar un motor que use este tipo de energía, y tendrán en sus manos demostrar que la energía nuclear es segura y viable para los viajes tripulados más largos. Si tienen éxito, la limitación del combustible quedará atrás, y uno de los principales temores logísticos de las misiones espaciales se borrará de un plumazo.
Teniendo en cuenta los últimos avances en la exploración espacial y el avance de las compañías privadas en la carrera tecnológica, parece que la humanidad ha vuelto a mirar hacia las estrellas.
