En 2004 Bethesda Softworks compró los derechos de uso de la marca Fallout a Interplay por 5,75 millones de dólares. Parte del acuerdo incluía las condiciones para realizar Bethesda un juego masivo en línea basado en Fallout: básicamente, la propia Fallout tenía dos años para iniciar la producción completa del mismo y retener esos derechos; si no lo conseguía, pasarían a Bethesda.
Bethesda está en desacuerdo con la línea de actuación de Interplay, ya que estaba insatisfecha con los esfuerzos de esta última, y revocó los acuerdos el pasado mes de abril.
Ahora, esta situación ha llegado a los juzgados.
Bethesda ha demandado a Interplay ante la corte federal de Maryland (EE.UU.), acusándoles de incumplimiento de contrato en diez ocasiones, así como incumplimientos de uso de marcas al no llegar a un acuerdo de uso de la misma según tenía establecido con Bethesda. Los incumplimientos de contrato se vinculan directamente con el juego masivo en línea de Fallout y la incapacidad, según alega Bethesda, de que Interplay lograra 30 millones de dólares en capital para el desarrollo del proyecto a finales de marzo de 2009.
También alega Bethesda que once días después de que el acuerdo de licencia del juego de rol masivo en línea de Fallout había sido revocado no pudo llegar a un acuerdo con otras compañías, pues Interplay formalizó por su propia cuenta un acuerdo con Masthead, un estudio de desarrollo de búlgaro para que se encargase del proyecto.
Igualmente, se señala que Interplay ha reeditado las anteriores partes de la saga (Fallout, Fallout 2, Fallout Tactics) sin permiso de Bethesda, intentando aprovechar, según sus alegaciones, el tirón comercial derivado del lanzamiento de Fallout 3. De hecho, Bethesda señala que el recopilatorio recibió el título comercial de "Fallout Trilogy" y "Saga Fallout", lo que la compañía considera como un intento deliberado de confundir al consumidor. Según el acuerdo de derechos sobre la marca, Bethesda debía supervisar y aprobar cualquier distribución, venta y demás de un producto Fallout.
No sólo eso: Bethesda también acusa a Interplay de llegar a acuerdos con diversos distribuidores de juegos en línea sin el consentimiento de Bethesda, violando una vez más el contrato.
El objetivo de la demanda es que lso derechos completos pasen a Bethesda y les sean retirados a Interplay. También quieren que Interplay deje de vender juegos bajo dicha marca, y que ésta reconozca por escrito que la dueña de los derechos es Bethesda. No se ha reclamado ninguna indemnización económica.