Un estudio del alemán IZA Institute of Labor Economics publicado en agosto de este año intenta trazar una relación entre el atractivo físico y el consumo de videojuegos. Sus conclusiones, según leemos en el documento publicado, es que las personas atractivas dedican menos tipo a jugar: "Encontramos evidencia que apoya que estas relaciones son causales para los adultos: la buena apariencia disminuye el tiempo de juego, no al revés".
Para realizar este estudio, los investigadores han utilizado información pública de Add Health, otro estudio a gran escala que recoge datos de población adolescente en Estados Unidos: las personas que participaron en él fueron clasificadas por los entrevistadores dependiendo de su nivel de atractivo, datos que se han cruzado con otros como la cantidad de amigos cercanos de los entrevistados.
Adolescentes y adultos 'menos atractivos' juegan más que los 'más atractivos', según este estudio
La conclusión de los investigadores es que los adolescentes estadounidenses clasificados como "menos atractivos" dedican más tiempo de su día a jugar a videojuegos, mientras que los que se consideran "más físicamente atractivos" tienen una menor tendencia a jugar. Esto es algo que el estudio también ve reflejado en la edad adulta, donde también se daría un caso similar: adultos con mayor atractivo juegan menos que los considerados menos atractivos.
En el informe se aclara que la belleza de la persona no viene dada por su consumo de videojuegos, si no al contrario. Es decir, una persona no se vuelve menos atractiva por el tiempo que dedica a los videojuegos sino que dedica más o menos tiempo a esa actividad según su atractivo, siempre según la fórmula que han diseñado los responsables del estudio.