Años después de su polémico lanzamiento en 2016, No Man's Sky se ha convertido en uno de los videojuegos de exploración espacial por excelencia a base de actualizaciones gratuitas que han ampliado la propuesta añadiendo elementos de construcción, de rol y hasta de terror. La obra de Hello Games ha inspirado a muchos otros a crear títulos de exploración en entornos generados procedimentalmente, pero The Great Fluctus tomará un camino diferente al habitual: la supervivencia y el estrés se sustituye por una historia no lineal con mucho humor absurdo, decisiones y varias mecánicas curiosas que demuestran la ambición del desarrollador independiente Dmitry Vasilyev, que publicará el juego en Steam en 2025.
Esta aventura en tercera persona de mundo abierto ambientada en un universo creado con voxels se centra en varias mecánicas no estresantes: exploración, comercio, construcción y diplomacia. A lo largo de la aventura los jugadores tendrán que completar diferentes misiones dinámicas donde sus decisiones importan en cómo se moldea la galaxia y en cómo avanza la trama. Una narrativa en la que el humor será clave: como podéis ver en el tráiler, aquí hay charlas con ranas gigantes, alienígenas jugando a la pelota, criaturas bailongas y hasta actividades paralelas como poder ser granjero de babosas.
Una historia humorística y crítica no lineal
Destaca la variedad de mecánicas y situaciones que presenta, pero también su particular sistema de diplomacia. En este universo hay ciudades subterráneas denominadas "Escaves" cuyos habitantes, con sus propias vidas, moldean el futuro de la urbe, que puede "invertir en la economía, prepararse para la guerra o decidir cómo interactuar con los extranjeros", dice Vasilyev en un comunicado de prensa. Los jugadores también podrán influir en todo ello, y en los conflictos se puede mantener neutral o, como se ve en el gameplay, liderar a uno de los bandos.
En cuanto a la historia, que estará subtitulada en español, nos pone en la piel de uno de los últimos "supervivientes inteligentes" después de que el "amor de la humanidad por las redes sociales los haya llevado a su perdición, convirtiéndolos en seres sin cerebro". Así, habrá que reconstruir la sociedad al "explorar nuevos mundos extraños" y "comerciando con mutantes estrafalarios".
