Ridley Scott firmó en 2001 una de sus mejores películas: Black Hawk Derribado. Basada en el libro homónimo de Mark Bowden, que narra la batalla de Mogadiscio, un conflicto militar que tuvo lugar en Somalia en el ahora lejano 1993, contó con un reparto espectacular y nos mostró en detalle la peligrosa y dificultosa misión de un grupo de soldados estadounidenses durante una operación de asistencia humanitaria. Desamparados por una serie de órdenes erróneas, quedaron atrapados en una intensa batalla urbana contra milicias somalíes. Pero, ¿sabíais que contó con un videojuego de acción en primera persona de gran realismo?
Black Hawk Derribado: El olvidado videojuego basado en la obra maestra bélica de Ridley Scott que intentaba presentar una guerra realista
La película de Scott recibió críticas muy positivas por su intensidad, realismo y actuaciones, hasta la fecha muy pocas cintas habían representado con tanta crudeza la guerra moderna, y fue un relativo éxito comercial, recaudando más de 170 millones de dólares en todo el mundo durante su estreno.
Para muchos, es una de las grandes obras de la filmografía del cineasta de Blade Runner o Gladiator, y puede que su última gran película junto a American Gangster de 2006. Pero el juego, desarrollado por NovaLogic y que llegó en 2003 a PC y un par de años después a PlayStation 2 y Xbox, presentaba una perspectiva aún más global que la película.
El título se centraba en recrear las operaciones de combate del Ejército de los Estados Unidos de la Delta Force y la Task Force Ranger durante la Batalla de Mogadiscio, uno de los conflictos claves en la historia bélica de los años noventa y todo un desastre en el ámbito de las operaciones internacionales militares de Estados Unidos. La batalla es ampliamente conocida por el incidente del derribo de dos helicópteros Black Hawk, lo que llevó a una intensa operación de rescate y combate urbano durante horas. Sí, la crítica no recibió con demasiado entusiasmo al videojuego, pero sí elogiaron su jugabilidad y su recreación, muy minuciosa, de las diferentes operaciones llevadas en el Cuerno de África.
Con el nombre de Delta Force: Black Hawk Down el juego apostaba, de forma clara, por la autenticidad y el realismo táctico. En su campaña, incluía una variedad de misiones basadas en eventos reales, con fechas y detalles históricos extra, donde los jugadores tenían que cumplir objetivos muy variados y específicos como rescatar rehenes, escoltar convoyes y participar en combates contra milicias somalíes. Hay que destacar que estábamos ante un juego especialmente duro en algunos segmentos, y en el que se primaba la reacción del jugador, la toma de decisiones y la acción menos directa -nada de ir a lo Rambo- y el uso de los propios entornos.
Es más, los entornos del juego iban desde estrechas calles urbanas de la capital y algunos núcleos urbanos, hasta amplias áreas abiertas, con desiertos, montes, caminos y poblados de chabolas, lo que invitaba a los jugadores a adaptar sus tácticas a cada situación. Si bien no combatíamos contra un ejército profesional, los enemigos, llamados flacuchos en el argot de los militares estadounidenses, sí eran especialmente insistentes. Para salir adelante de las diferentes misiones, teníamos una enorme gama de armamento y equipo militar realista, por lo que teníamos la posibilidad de usar armas de fuego, granadas y dispositivos de apoyo varios. Y ojo con la munición, que podía llegar a escasear rápidamente.
Además, Delta Force: Black Hawk Down implementó un sistema de daño en tiempo real que reflejaba de manera realista el impacto de los proyectiles, enfatizando la necesidad de usar cobertura y tácticas de equipo para sobrevivir, con un entorno que se deterioraba conforme avanzaba la contienda. Pero hay que decir que, gráficamente, y en 2003, parecía un juego algo desfasado.
Sí, usaba un buen diseño sonoro -equiparable, por aquel entonces, a los mejores juegos del género y muy por encima a otros competidores-, pero la capacidad de inmersión se podía ver reducida varios enteros cuando observábamos algunos niveles carentes de vida o pasión en su ambientación y algunos glitches y fallos técnicos absurdos. En los últimos años, como suele ocurrir en PC, la comunidad se ha volcado para hacer más realista el juego, con packs de texturas, cambios en algunos modelados y aumentos de resolución y aspect ratio, todo para que el título goce de una nueva vida útil.
Hay que recordar que, más allá de la campaña, Delta Force: Black Hawk Down también incluía un robusto componente multijugador que soporta grandes batallas, con hasta 50 jugadores simultáneamente, una auténtica pasada. El modo online era muy completo, con modos de juego multijugador que iban desde los clásicos combates a muerte en equipo hasta misiones basadas en objetivos, ofreciendo en aquel entonces experiencia de juego competitiva y cooperativa para todo tipo de usuarios.
Muchos jugadores y la prensa especializada criticó su falta de innovación y los problemas técnicos en algunas versiones -en consolas sufrió un recorte técnico enorme, incluso en Xbox-. Pero, a pesar de esto, fue un éxito comercial, vendiendo más de un millón de copias en todo el mundo. Un año más tarde se lanzó una expansión, Delta Force: Black Hawk Down – Team Sabre, que mejoró algunos aspectos y añadió nuevas misiones y características al juego base. Pese a todo, sigue siendo un juego a reivindicar que, junto a otros juegos como los Ghost Recon más clásicos, Full Spectrum Warrior y los títulos de la saga ARMA, buscaban ofrecer una vertiente realista de la guerra en el formato videojuego.
Además, si os ha entrado añoranza o ganas de jugar a la campaña de Delta Force: Black Hawk Down tenemos buenas noticias ya que este mismo año TiMi Studio de la mano de Tencent publicará Delta Force: Hawk Ops, un nuevo videojuego de la saga que incluirá una versión remasterizada de la campaña de Delta Force: Black Hawk Down.