Skull Island: Rise of Kong se ha convertido en el nuevo El Señor de los Anillos: Gollum y está siendo vapuleado por la crítica profesional y los jugadores: "No compres el nuevo juego de King Kong, es una completa estafa", decía un usuario en Twitter después de quedar completamente decepcionado por el resultado final del producto. Los seguidores del Monsterverse no han tenido suerte con este último título con el mítico simio gigante que debutó en la gran pantalla en 1933 bajo la dirección de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Desde The Verge han podido charlar con algunos de los responsables del juego y se ha desvelado el poco tiempo de desarrollo que IguanaBee y GameMill Entertainment dieron a los trabajadores para elaborar el título.
Skull Island: Rise of Kong se hizo en muy poco tiempo y sus responsables se sinceran con su caótico desarrollo
"El proceso en el desarrollo del juego comenzó en junio del año pasado y estaba previsto que terminara el 2 de junio de este año. Por lo que fue un año de desarrollo", comentaba un desarrollador anónimo. "El crunch empezó realmente en febrero", se añadía. "A finales de febrero estaba en piloto automático porque se había perdido toda esperanza".
Parece que, además GameMill Entertainment no proporcionó toda la información del juego a los trabajadores, lo que por otro lado dificultaba de forma increíble el poder trabajar con objetivos claros y con pleno contexto de la obra. "Hicimos lo que pudimos y nos lo pasamos muy bien desarrollándolo", concluían las declaraciones anónimas a The Verge.
"Era muy habitual que no se nos diera toda la información sobre el proyecto", afirmaba un antiguo empleado de IguanaBee. "Lo cual era bastante frustrante a la hora de trabajar porque debíamos improvisar con la escasa información que teníamos a mano". Este trabajador en cuestión no trabajó específicamente en Skull Island: Rise of Kong, pero sus declaraciones sirven para poner un poco en contexto cómo se trabaja desde la compañía. Sea como fuere, el último juego de King Kong no ha salido bien y los trabajadores, desde luego, no están nada satisfechos con el resultado y con las condiciones que tuvieron para trabajar.