Resulta irónico ver lo que se ha hecho con Cuphead. El videojuego de MDHR Studio, con una animación inspirada en 1930 y una historia más bien sencilla, se caracteriza por ser uno de los más difíciles que muchos jugadores han probado jamás. Igual que con Dark Souls, Sekiro: Shadows Die Twice o Bloodborne, también se han realizado competiciones de No Hit (ese arte que consiste en acabarse un juego sin que ningún enemigo nos haga ni un rasguño) debido a la alta dificultad que se plantea en sus niveles. Cuphead es lo que se conoce como un boss rush, es decir, pasar de una zona a otra con el único objetivo de acabar con lo que vendrían a ser jefes finales para así poder pasar a la siguiente etapa del título.
No hay, digamos, un diseño de niveles estándar en el que se tenga que explorar o avanzar por largos caminos guiados para ir desbloqueando historia (a excepción de los bonus estilo Super Mario de toda la vida en el que hay que enfrentarse a enemigos más pequeños y completar una ruta).
Personajes ideales
Por eso sorprendió tantísimo cuando se informo que se iba a desarrollar una serie de televisión de Cuphead bajo el nombre de The Cuphead Show, básicamente porque en líneas generales la narrativa que construye MDHR Studio en su título multiplataforma es muy escasa, y tampoco es relevante todo sea dicho. Los jugadores se encariñan de Cuphead y Mugman, los protagonistas que en la ficción de Netflix interpretan Tru Valentino y Frank T Torado), gracias a su encantadora animación y sus curiosas mano-pistola que sirven para cargarse a todo tipo de criaturas y monstruos fantásticos.
Pero más allá de eso tampoco es que se intime demasiado con lo que se nos cuenta de fondo y los villanos, más allá de convertirse en nuestra peor pesadilla, tampoco es que en líneas generales sean personajes destacables en todos sus aspectos.
A pesar de que, tal y como decía DayoScript en su análisis de Cuphead allá en 2017, estos antagonistas sí presentan la suficiente personalidad como para poder ser protagonistas de sus propios cortometrajes. Y eso es justo lo que ocurre en The Cuphead Show, grosso modo.
Duración justa y animación perfecta
Netflix extrae a los animados personajes de MDHR Studios y los pasa por el filtro de los años treinta para que estos no solamente luzcan como los personajes de aquella época, sino para que puedan tener una historia que vaya un paso más allá de simplemente realizar una combinación de botones correcta para ir pasando de área en área. The Cuphead Show viene a ser la resurrección de Fleischer Studios en pleno siglo XXI. La ficción seriada se compone aquí por 12 episodios de aproximadamente 14 minutos de duración cada uno, y cada cual cuenta una historia prácticamente independiente con un hilo conductor de fondo que no hace falta seguir, de forma estricta, para poder disfrutar del espectáculo. Además, que sea para todos los públicos ayuda mucho a que el visionado pueda ser con los más pequeños y un divertimiento para toda la familia.
The Cuphead Show acierta en sobremanera en llevar esa dinámica episódica independiente planteando en cada capítulo el encontronazo de Cuphead y Mugman con villanos icónicos del videojuego original, además de alguna que otra incorporación sorpresa que tampoco queremos desvelar para no hacer ningún tipo de spoiler. Estas dos tazas mencionadas, de color rojo y azul respectivamente, crecen aquí de forma individual con un carisma que te envuelve desde el minuto uno. Sus divertidas líneas de diálogo, su alocada personalidad, sus aventuras descacharrantes y su sentido del humor hacen que sean unos maravillosos acompañantes de viaje en una aventura en la que queda clara una cosa: no hay que hacer ningún trato con el Diablo. Este último también tiene su parte del pastel, como no podía ser de otro modo, y resulta ser uno de los seres demoníacos recientes mejor escritos que hemos visto en el cine fantástico contemporáneo.
Aquí no tendréis que hacer ningún esfuerzo por encontrar referencias a los videojuegos, como el caso de Uncharted o Resident Evil: Bienvenidos a Raccon City, porque el título se representa (casi) al completo y los guiños no son guiños en sí, son la totalidad de la historia.
Falta alguna que otra herramienta para disparar, todo sea dicho, pero al ser un producto enfocado, como decíamos, hasta a los más pequeños es normal que se haya prescindido de ello. Cuphead, Mugman y toda la plantilla de personajes tienen el potencial suficiente como para ser los nuevos mejores amigos de muchos espectadores que se adentren por primera vez en este mundo animado de los años treinta.
Sus episodios son cortos, de un ritmo excelente y con historietas que expanden de fábula lo visto en la obra de MDHR Studio. El único problema grande que se le puede meter, es que The Cuphead Show no invita en absoluto a hacer un maratón de capítulos ni nada por el estilo, sino a consumirse despacio con breves dosis. La serie es un producto caótico, plagado del mejor humor y con un diseño de animación de Lighthouse Studios que invita a hacer capturas de pantalla constantemente para poder apreciar bien cómo lucen los escenarios y los protagonistas de la historia.
Y, entonces, ¿qué nos ha parecido?
Sin duda es una buena oportunidad para los jugadores que quedaron maravillados por la ficción formulada en 2017 pero que no pudieron disfrutarla al completo debido a la elevada curva de dificultad que presentaba el juego. The Cuphead Show dispone actualmente de una única temporada pero, como buena obra mainstream, tendrá una segunda y una tercera temporada en la misma Netflix en el futuro.
En líneas generales, y para ir concluyendo, Chad y Jaren Moldenhauer, junto con Dave Wasson, firman una ficción para televisión que acierta de lleno extrayendo los puntos clave del juego de MDHR Studio, sirviéndose de los formatos más clásicos para la narración de las aventuras de Cuphead y Mugman, ampliando horizontes y haciendo que cualquier usuario pueda pasarlo bien con la serie.
Aunque, eso sí, hacer un maratón es un poco arriesgado porque no tiene el enganche suficiente como para ser devorada de una tirada, y eso en las series actuales se ve como algo negativo (y más si son de Netflix). Y lo mejor de todo, es que se asientan también algunas bases para el primer DLC de Cuphead, The Delicious Last Course, con la participación hasta de la graciosa Ms. Chalice, que será jugable en ese nuevo contenido extra.