La Alianza Jugando por el Planeta (Playing For The Planet Alliance) es una nueva iniciativa de Naciones Unidas que ha unido a 21 compañías de la industria del videojuego para luchar contra el cambio climático.
La propuesta llevará a empresas como PlayStation, Xbox, Stadia y Ubisoft a tomar medidas para reducir la contaminación provocada por sus dispositivos o por sus procesos de producción, a la vez que informan a sus audiencias de los peligros del cambio climático.
Una de las acciones anunciadas es un modo suspensión para la próxima consola PlayStation que consumirá menos energía que la misma funcionalidad de PlayStation 4. "Si solo un millón de usuarios activan esta función, podría ahorrar el uso de electricidad equivalente a 1.000 casas estadounidenses", explicaba Jim Ryan, CEO de Sony Interactive Entertainment.
Microsoft ha prometido reducir las emisiones de su cadena de producción un 30% para el año 2030, y ha asegurado que 825.000 de sus consolas Xbox son fabricadas sin emisiones de carbono, según puede leerse en GamesIndustry.
Por su parte, el equipo de Google Stadia está trabajando en una guía para informar sobre el desarrollo de videojuegos sostenible, y financiando una investigación sobre cómo impulsar la lucha contra el cambio climático a través del gameplay.
Ubisoft ha anunciado que utilizará materias primas producidas en fábricas "eco-friendly". Sports Interactive se suma a la iniciativa con la propuesta de usar solo envoltorios reciclados, lo que ahorrará 20 toneladas de plástico en 2019.
21 empresas de videojuegos se unen para proteger el medio ambiente
Las empresas participantes hasta el momento son Sony Interactive Entertainment, Microsoft, Google Stadia, Ubisoft, Sports Interactive, Twitch, Niantic, Supercell, Playmob, Rovio, Sybo, Space Ape, Wild Works, Green Man Gaming, Creative Mobile, Reliance Games, iDreamSky, E-Line Media, Strange Loop, Pixelberry e Internet of Elephance.
Naciones Unidas estima que entre todas estas compañías se alcanza a más de 970 millones de jugadores. Las marcas reducirán sus emisiones de CO2 en aproximadamente 30 millones de toneladas para el año 2030.
La iniciativa se enmcarca en un estudio de Naciones Unidas que explora cómo la industria del videojuego, y los 2.600 millones de personas que alcanza, pueden ayudar a proteger el medio ambiente.