Un político estadounidense, representante de Hawái en la cámara baja del congreso del país por los demócratas, ha reconocido en una reciente entrevista que es un usuario habitual de videojuegos y ha defendido que la industria debe autorregularse en relación con las cajas de recompensa.
Se trata de Sean Quinlan, quien ha apoyado al también político por Hawái Chris Lee, quien convocó una rueda de prensa recientemente para pronunciarse sobre la cajas de recompensa y la polémica de Star Wars: Battlefront II en la que llegó a describir a EA como una empresa "depredadora" con sus políticas.
La industria debería valorar en su clasificación por edades las cajas de recompensa
Sean Quinlan ha explicado a Rolling Stone que es un aficionado a los videojuegos y que se enteró de toda la polémica leyendo Reddit. Quinlan ha expuesto que su opinión es que la industria del videojuego debería autorregularse y contemplar cómo las cajas de recompensa deberían influir en la clasificación por edades, que en EE.UU. asigna ESRB.
"Sé que la compañía tiene una responsabilidad con los accionistas, pero creo que también tienen una responsabilidad con los clientes", ha dicho el político. "Así que la ESRB podría determinar que si un juego tiene cajas de recompensa, entonces es un juego para mayores de 21 años. No me gustaría que hubiera una ley federal".
La posición de Quinlan es similar a la que llevó a la clasificación por edades para videojuegos en EE.UU. en los años 90, cuando los políticos se preocuparon por el entonces transgresor y realista Motal Kombat como representante de la violencia en los videojuegos. Entonces se abogó por la autorregulación y establecer recomendaciones de edad, tal y como sucedía en el cine.
Un veterano aficionado a los videojuegos
Quinlan explica que, como jugador, sabe que "entramos en esta tendencia hace 15 años con los contenidos adicionales de lanzamiento, los pases de suscripción y los juegos de paga para ganar. Como consumidores lo hemos aceptado y hemos seguido comprando juegos".
Sin embargo, cuando Chris Lee contactó con él en relación con esta polémica, se dio cuenta de que se había alcanzado una situación que podía necesitar intervención política.
