El eterno debate sobre si los videojuegos violentos generan situaciones de violencia escribe un nuevo capítulo mediante la publicación de un libro que analiza esta relación de la mano de dos investigadores británicos Patrick Markey y Christopher Ferguson.
Violencia y videojuegos
Esta pareja de psicólogos ha analizado países en los que se lanzan y consumen videojuegos violentos para llegar a una conclusión clara: estos título maduros no suponen un incremento de la violencia entre sus jugadores.
De hecho, los efectos pueden ser hasta positivos.
Según explican, en los países en los que se lanzan videojuegos violentos de detecta un número de violencia menor. Para llegar a esta conclusión han analizado 20 países con gran consumo de ocio digital. La sorpresa viene dada al establecer que la seguridad en estos territorios es muy alta.
"Los países donde se consumen más videojuegos son las naciones más seguras del mundo. De hecho, tres de los países con las ventas más bajas de videojuegos tienen un 200 por ciento más de media en crímenes violentos que los tres países donde se compran más videojuegos", explican los investigadores.
En Moral Combat, nombre que recibe este libro editado este mes de marzo en tiendas británicas, se determina que Japón y Corea de Norte son los mercados con mayor consumo de videojuegos por año, seguidos por Estados Unidos y por Reino Unido. En pocas semanas hemos leídos dos estudios que desconectan la relación entre violencia y videojuegos.