El actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mencionó que su administración buscaría aplicar impuestos de importación a aquellas empresas que no fabriquen sus productos en Estados Unidos.
De momento, esa idea ha quedado en una intención, ya que aún no se ha firmado ningún arancel. Sin embargo, Polygon ha informado que The Entertainment Software Association (ESA), la asociación estadounidense que representa a las empresas de la industria del videojuego, ya está movilizándose: está trabajando en un plan para hacer frente a esa posible tarifa en caso de que entre en vigor finalmente.
Las fuentes de la organización no indican hasta qué tipo de medidas podrían tomar para contrarrestar este impuesto, o cómo de grande sería el impacto que causaría en la industria en caso de aplicarse finalmente.
Polygon señala que se puede asignar un impuesto de importación del 5 o 10% a los productos importados, lo que incluiría a juegos desarrollados fuera de Estados Unidos, así como a las propias consolas.
"Estamos investigando el tema para poder proporcionar más información en breve", dijo un portavoz de ESA.