La preocupación por la seguridad, y más tras conocer el espionaje masivo a ciudadanos de varios gobiernos, es una preocupación justificada. Con la nueva Xbox One, el nuevo Kinect se convierte en una cámara y un micrófono capaz de recoger infinidad de datos del usuario, y Microsoft quiere dejar claro que enfatizará la privacidad del producto.
"Con la legislación actual, no creemos que el gobierno tenga la autoridad legal de obligarnos u obligar a cualquier otra compañía que haga productos con cámaras y micrófonos a recoger datos de vídeo y voz", afirma un portavoz de la compañía.
De darse el caso, Microsoft asegura que "nos defenderíamos agresivamente en juicio ante cualquier intento de intentar forzarnos a hacer esto".