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La Generación Z se enfrenta a una crisis comunicativa: el 40% pierde una habilidad que ha sido clave durante 5500 años

La Generación Z desafía una de las virtudes del ser humano como civilización y eso se traduce en el deterioro de la comunicación hasta niveles insospechados.

La Generación Z, capaz de caer en la estafa bancaria más sencilla y simple, se encuentra ante un problema que parece atentar contra los fundamentos de la civilización. Y no, no es una exageración. En un mundo cada vez más digitalizado, la Generación Z, nacida en un entorno donde la tecnología se entrelaza con casi todas las facetas de la vida cotidiana, está experimentando un fenómeno preocupante. Hablamos de la pérdida de una habilidad fundamental para el ser humano y las sociedades a lo largo de la historia: la escritura.

Fluidez verbal en declive y una escritura atrofiada: la Generación Z pierde una capacidad que ha acompañado a la humanidad por más de 5500 años

Este pronunciado declive no se limita solo a la caligrafía o la escritura manual, sino también a la capacidad de expresarse de manera clara y coherente, un componente esencial de la comunicación efectiva entre los seres humanos y, por ende, la base de cualquier relación. La cuestión que se plantea ahora es si este fenómeno es una simple consecuencia de los cambios sociales impulsados por la digitalización o si representa un problema específico de la Generación Z que requiere atención urgente por parte de los expertos en educación, ciencia y cultura.

Pongamos un poco de perspectiva. La habilidad para escribir, aunque hoy en día se da por sentada, es un logro cultural de gran relevancia que ha acompañado a la humanidad durante más de 5500 años. Desde los primeros registros en cuneiforme de los sumerios hasta los jeroglíficos egipcios y la escritura en caracteres chinos, la escritura ha sido esencial para la preservación del conocimiento, el intercambio cultural y el desarrollo de las sociedades. De hecho, el acceso a la escritura fue históricamente limitado a una élite, y fue solo con la invención de la imprenta en el siglo XV y la posterior Revolución Industrial cuando la capacidad de escribir se democratizó, permitiendo a un mayor número de personas participar en la creación y conservación de la cultura escrita. La escritura se convirtió en un medio para conectar a los individuos, las comunidades y las naciones a través del tiempo y el espacio.

Sabemos que suena un poco exagerado, pero en este contexto, es relevante destacar que la escritura no solo es un medio de comunicación; es también un ejercicio cognitivo que organiza el pensamiento. El acto de escribir de manera estructurada implica tomar ideas abstractas y darles forma, lo que refuerza la capacidad de analizar, sintetizar y comunicar. Esta habilidad ha sido esencial para el progreso de la humanidad, desde la creación de leyes hasta el desarrollo de la ciencia y la filosofía. ¿Por qué una generación que lucha por mejoras en la sociedad y que busca nuevas formas de ocio mientras defiende la salud mental no es capaz de mantener un hábito tan necesario para le desarrollo humano?

La ausencia de la escritura manual puede tener consecuencias a largo plazo en las capacidades cognitivas y de pensamiento de la Generación Z

Es una pregunta compleja pero diversos estudios y expertos coinciden en señalar que el uso intensivo de dispositivos digitales, como teléfonos inteligentes y ordenadores, ha reducido la práctica de escribir a mano y ha afectado la calidad de la escritura de los jóvenes. Investigaciones recogidas por Turkiye Today apuntan a que la transición entre el uso de teclados y la escritura manual se ha vuelto problemática para muchos jóvenes. La dependencia de la escritura digital ha tenido un impacto negativo en su capacidad para escribir de manera fluida con bolígrafo o lápiz, y muchos estudiantes han experimentado un deterioro significativo en su caligrafía, que en ocasiones se vuelve ilegible.

A eso hay que sumarle un estudio realizado por la Universidad de Stavenger en Noruega, que confirma que, tras un año de centrarse exclusivamente en la escritura digital, el 40% de los estudiantes perdió fluidez en la escritura manual. Aunque una caligrafía desordenada o una mayor fatiga al escribir en papel no son los aspectos más preocupantes, sí hay un cambio más profundo en el proceso cognitivo de los jóvenes. De acuerdo con el psicólogo cognitivo y experto en educación, Dr. John C. Dunlosky, "la escritura a mano, al requerir la formulación activa de palabras y frases, activa áreas del cerebro asociadas con el aprendizaje y la memoria, lo que mejora la retención de información y el desarrollo del pensamiento crítico". En otras palabras: La ausencia de esta práctica puede tener consecuencias a largo plazo en las capacidades cognitivas y de pensamiento de la Generación Z.

Muchos achacan a las redes sociales y la necesidad de sintetizar la problemática subyacente de la falta de fluidez en la escritura y en las expresiones, pues los jóvenes de la Generación Z, acostumbrados a la brevedad y a la inmediatez en plataformas como Twitter o Instagram, tienden a evitar frases largas y párrafos bien estructurados. Y eso, como os comentamos, tiene una repercusión directa en el conocimiento y el proceso cognitivo. La preocupación sobre el futuro de la escritura en la era digital no solo tiene implicaciones educativas, sino también culturales, ya que la escritura no solo sirve para comunicar ideas; también es un medio por el cual las sociedades se definen, se preservan y se desarrollan.

Los expertos aclaran: no se trata de una cuestión de educación. Este problema debe verse también como un desafío para la identidad cultural y el patrimonio colectivo. A medida que las tecnologías avanzan, la escritura sigue siendo un puente esencial entre el pasado y el futuro. Si la Generación Z no es capaz de recuperar y reforzar esta habilidad, no solo perderá una destreza individual, sino también una herramienta cultural que ha sido fundamental para el progreso de la humanidad.