La Tierra Media está más de moda que nunca. El Señor de los Anillos: Los anillos de poder ha estrenado una segunda temporada con gran éxito en Prime Video, revitalizando los mundos de fantasía de J.R.R. Tolkien en la pequeña pantalla. Pero El Señor de los Anillos tiene también un nuevo futuro en el cine. Warner ha dado los primeros pasos en la producción de nuevas películas, y este mismo diciembre, se estrenará La guerra de los rohirrim, un filme de animación producido por Peter Jackson. Un Peter Jackson que, como director de la premiada trilogía de películas, explicó cuál fue su aproximación al Profesor y de qué manera garantizó su fidelidad en los guiones de sus producciones.
Cómo Peter Jackson capturó la esencia de Tolkien en su adaptación de 'El Señor de los Anillos'
Peter Jackson está muy unido a la Tierra Media. Pese a que está considerando otros proyectos, el neozelandés está preparando su regreso al universo de El Señor de los Anillos tras la trilogía de El Hobbit, que él ha justificado como una manera de contar las historias que no pudieron trasladarse a la pantalla en las películas y adaptaciones anteriores. Mientras prepara La caza de Gollum con Andy Serkis, así como con Ian McKellen como Gandalf e incluso Orlando Bloom como Legolas, miramos al pasado para descubrir cómo trató de mantenerse fiel a Tolkien.
¿Qué mecanismos tuvo un director como Peter Jackson asegurarse que es fiel a los trabajos de Tolkien? El realizador lo tenía claro, y hace referencia a un aspecto polémico en las adaptaciones. "No queríamos poner ninguno de nuestros mensajes en el material temático. No queríamos poner nuestro ‘equipaje’. Es decir, no teníamos ningún interés en poner nuestros mensajes en esta película", indica Jackson al respecto a la hora de incluir mensajes, temas o asuntos personales en la historia de la cinta. "Creíamos que debíamos honrar a Tolkien poniendo sus mensajes en ella", remarca en la entrevista, que ha resurgido en los últimos días como contrapartida a las supuestas agendas políticas en Los anillos de poder.
"Y pensamos que a él le importaban cosas como el campo y el ascenso del mal. A él le preocupaban ciertos temas y creímos que lo que deberíamos hacer para honrarle era asegurarnos de que lo que a él le importaba terminara en la película y eso intentamos hacer", concluía el director sobre mantenerse estrictos a los mensajes y los temas que Tolkien trató en sus escritos e historias. Pero aún así, no son pocos los que consideran que la obra de Peter Jackson no está exenta de libertades creativas.
Pero lo cierto es que el proceso creativo llevado a cabo por Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens en la adaptación cinematográfica de El Señor de los Anillos fue una tarea monumental que exigió equilibrar fidelidad a la obra de J.R.R. Tolkien con las necesidades de una narrativa cinematográfica y accesible para todo tipo de público. Desde el inicio, en un proceso que tuvo sus más y sus menos a lo largo de los años, Jackson y su equipo buscaron capturar la esencia del mundo de Tolkien, pero también reconocieron que ciertos aspectos debían ajustarse, dilatarse o eliminarse para mantener el ritmo y la coherencia visual en una trilogía de más de 11 horas de duración. Sí, todos echábamos de menos a Tom Bombadil, un personaje que ha llegado a tener presencia en Los anillos de poder en su segunda temporada, pero hay más ajustes.
Uno de los mayores desafíos fue condensar la vasta historia y los múltiples personajes de la novela, sobre todo en lo relativo a las conclusiones. Algunas líneas argumentales, como el saneamiento de la Comarca, parte vital de la obra de Tolkien la que los Hobbits, tras la Guerra del Anillo, descubren que Saruman, apodado como Zarquino, ha esclavizado durante meses a sus amigos y familiares y ha instaurado una dictadura en su idílico paraje, ahora gris e industrializado. Esta historia, presente en El Retorno del Rey, fue eliminada al completo, y Jackson argumentó que su inclusión habría diluido el clímax final, ya que la destrucción del Anillo en el Monte del Destino debía ser el desenlace emocional de la historia y el momento más importante de la adaptación. En definitiva, lo cierto es que Jackson y su equipo lograron lo que muchos consideraban imposible. A día de hoy, su trabajo es considerado un clásico moderno de la historia del cine y la obra de Tolkien goza de más popularidad que nunca.