Silent Hill es, sin duda, una de las grandes sagas del género del survival horror. Como casi todo en esta vida, las modas, impuestas tanto por la industria como por los jugadores, condicionan los productos que predominan en las tiendas, y durante la generación de PlayStation 3, Xbox 360 y Wii, los juegos de terror han ido desvaneciéndose. El género se ha salvado gracias a los estudios independientes, pero las grandes editoras no se han volcado mucho con estos proyectos, y las sagas como Silent Hill también han sufrido su detrimento.
El pasado 31 de enero, Silent Hill cumplía 15 años, y queremos realizar nuestro pequeño homenaje recuperando dos de los títulos que se han perdido en la historia de la serie de juegos creada por el Team Silent. Los juegos que nos ocupan no estuvieron en las manos del estudio japonés, sino en las de Climax, responsables de Silent Hill: Origins, el juego que se lanzó originariamente para PSP, y que nos contaba, como su propio nombre indica, los detalles de los orígenes del perturbado pueblo.
Silent Hill: Origins no tuvo un desarrollo fácil, y tras una primera versión descartada, Climax ofreció una aventura clásica que encajaba bien dentro de las convenciones de la saga, y que fue bastante bien recibida por la crítica y los jugadores. Tanto fue así que poco después de su lanzamiento, Konami le pidió a Climax que comenzase a trabajar en otro juego de la saga para la portátil de Sony. Aquí es donde comienzan ambos juegos descartados.
El primero de ellos fue cosa del productor estadounidense de la saga, William Oertel, que le pidió a Climax que hiciese un juego de disparos en primera persona para Wii, que aprovechase las posibilidades del mando de la consola. Esta propuesta se convirtió en Brahms PD –Departamento de Policía de Brahms–. Éste sería un spin-off de la saga principal, en el que controlaríamos a un miembro del cuerpo policial de la mencionada localidad de Silent Hill.
El protagonista, como decimos, sería un policía, que, amnésico, se embarca en una aventura por recordar quién es, así como por encontrar a su compañero desaparecido. La clave de esta experiencia sería que se convertiría en "la primera aventura de terror psicológico interactiva del mundo", ya que ofrecería sesiones virtuales con un psiquiatra que, en función de las respuestas del jugador, modificaría el contenido del juego para adaptar la pesadilla a los miedos de cada uno. Por supuesto, también modificaría la experiencia basándose en cómo jugábamos y las decisiones no explícitas que tomábamos.
A pesar de verse promovida por el propio productor de la saga, las más altas esferas de Konami no le dieron el visto bueno a esta propuesta, por lo que se descartó. Teniendo en cuenta que ideas como la creación de un perfil psicológico llegaron a Silent Hill: Shattered Memories, parece viable pensar que lo que a Konami no le gustó fue la supremacía de la acción. Tras esto, en lugar de rendirse, Climax decidió crear su propio proyecto y presentárselo a la compañía japonesa. Nace así Silent Hill: Cold Heart.
Este nuevo título iba a ponernos en la piel de Jessica, una estudiante universitaria a la que una serie de traumas la arrastraban a Silent Hill, pueblo que tenía que explorar para sobrevivir. Su jugabilidad se mantendría más tradicional que la de Brahms PD, y se desarrollaría en tercera persona y a través de combates cuerpo a cuerpo y con multitud de puzles, aunque veríamos un cambio radical en la ambientación, ya que el pueblo maldito se vería cubierto por hielo y nieve. Esto afectaría también al sistema de juego, ya que tendríamos que buscar ropa y comida por los escenarios para mantener nuestra temperatura corporal y no morir congelados. El sistema de creación de perfil psicológico descrito previamente también iba a mantenerse en esta experiencia.
Silent Hill: Cold Heart iba a ser una entrega más de la saga, nada de spin-offs, por lo que Climax temía que demasiadas novedades –la nieve, la búsqueda de ropa y comida, la creación de un perfil psicológico...– pudiesen echar a Konami atrás y no darle el visto nuevo al nuevo proyecto. Antes de comercializar Silent Hill: Origins, Konami comentó que tenían ganas de hacer un remake del Silent Hill original, lo que les dio la excusa perfecta para reimaginar el concepto de Cold Heart, aprovechando además el éxito de la adaptación al cine para llevarlo a un público mayor.
Climax reconoce que, precisamente para intentar llegar a un público mayor –el que había conocido la saga con la película y el nuevo usuario al que se abría Wii– decidió evitar armas, puzles y batallas, y limitarse a la exploración y a la huida. Con esta nueva fórmula nació Silent Hill: Shattered Memories, un pseudoremake que, aunque al principio puede resultar chocante para los que jugaron al título original de PSX, pensamos que merece una oportunidad aunque sólo sea por su argumento.