En los 90, los juegos de deportes extremos eran la gallina de los huevos de oro. La base que sentó la saga Tony Hawk's Pro Skater fue una auténtica revolución, y además de verse tremendamente explotada por la propia Activision, otras empresas no tardaron en subirse al carro. Como suele ser habitual, coger a una mascota conocida por todo el mundo y ponerla a hacer algún tipo de deporte era una idea que, antes o después, se le iba a ocurrir a alguien.
En este caso, fue Vision Scape Interactive los que pensaron que Sonic tenía que montarse en una tabla y patinar. La verdad es que era algo que iba con la personalidad del personaje, que ya había demostrado su talento deslizándose sobre otras tablas y raíles. La empresa californiana tenía experiencia en el género –habían desarrollado X-Bladez: Inline Skater y Tech Deck: Bare Knuckle Grind– e incluso con el propio Sonic, ya que fueron los encargados de crear las secuencias de vídeo de Sonic Heroes.
El estudio invirtió bastante tiempo en el apartado técnico de Bare Knuckle Grind, modificando el motor RenderWare para adaptarse a las necesidades de un título de estas características. Con esta base, comenzaron a trabajar en otro título de skate, Rocket Zero: Power Gravity Zone basado en la serie de animación de mismo nombre, pero los problemas financieros de THQ –la editora– acabaron cancelándolo.
Como os podéis imaginar, Vision Scape Interactive quería aprovechar el trabajo, y tenía prácticamente hecha la base para dar forma a un juego de skate de Sonic, que bautizaron originalmente como Sonic Extreme. Queremos recordar que a pesar de su similitud en el título, no tiene nada que ver con Sonic X-Treme, el juego de plataformas cancelado de Sega Saturn.
En mayo de 2003, el estudio desarrolló un prototipo durante una semana. En este prototipo podíamos jugar con Sonic o con Shadow, que se desplazaban por una especie de skatepark ambientado en Green Hill Zone en hoverboards, una especie de patinetes voladores. La jugabilidad, como os podéis imaginar, era muy similar a la de la saga Tony Hawk’s Pro Skater, repletos de saltos, trucos, grinds, halfpipes, quarterpipes y demás.
El prototipo, desarrollado para la Xbox original –aunque con versiones planeadas también para PlayStation 2 y GameCube– contaba con varios modos de juego. El primero de ellos, el modo «Misión» nos animaba a explorar el escenario para encontrar una llave escondida que abría la puerta a la zona que escondía una esmeralda del caos.
Luego, encontrábamos también el modo «Combate», un modo multijugador a pantalla partida gracias al cual podíamos competir contra otros jugadores usando todo tipo de armas –lanzacohetes, granadas, minas…– sobre nuestras tablas. Por último, estaba el modo «Carrera» que, como habréis supuesto, se trataba de llegar a la meta antes que el otro usuario.
Para haber estado hecho en una semana, era un prototipo sorprendentemente completo, tanto en lo jugable como en lo que respecta a las opciones. El equipo tenía la ventaja de contar con muchos materiales oficiales de Sonic tras haber trabajado en Heroes, incluyendo los modelos de los personajes. Además, cogieron ilustraciones, música y efectos de sonido de Sonic Adventure para esta versión.
Con el prototipo hecho, los americanos fueron a Sega Japón para presentarles el prototipo al propio Yuji Naka, considerado el padre de Sonic. Aparentemente, a Naka le encantó el juego y el concepto, y les pidió que le mandaran una propuesta de desarrollo con todos los detalles a Sega para discutir su viabilidad. Vision Scape Interactive lo hizo, pero nunca más volvió a saber de la compañía japonesa.
Aunque el cofundador de la compañía, Mark McDonald, asegura que no se lo tomó como algo personal, el hecho de que Sega nunca respondiese y dos años después sacase Sonic Riders es uso poco sospechoso. Es posible que Sega ya estuviese trabajando en Riders –último proyecto del erizo en el que trabajó Naka, dicho sea de paso–, y fuese la amabilidad japonesa la que prefirió decir «mandadnos esto» a decir «no». También es posible que les gustase la idea y prefirieran hacerla sin Vision Scape, claro.
Sonic Extreme desapareció de la faz de la tierra hasta que en mayo de 2011, ocho años después de su creación, alguien encontró este prototipo en un kit de desarrollo de Xbox que compró por internet. Mucha gente reaccionó de manera negativa al concepto, pero hay que tener en cuenta que lo que vimos era simplemente una demostración de lo que el estudio pudo hacer en una semana.
En una época en la que la saga no pasaba por su mejor momento, quizás Sonic Extreme podría haber sido ese juego que necesitaba. Era una fórmula que sabíamos que funcionaba, y los personajes de Sonic encajaban en ella en cierto modo. Quizás si algún día vuelve la moda del skate, los personajes de Sega le den una nueva oportunidad.