En 1981 y de la mano de Muse Software aparecía para el ordenador Apple II un título llamado Castle Wolfenstein. En él, el jugador debía recorrer de forma lateral las estancias de un castillo con el objetivo de descubrir los planes secretos de los nazis y escapar, evitando o matando a los guardias que se encontrase en el camino. Este juego y su secuela (Beyond Castle Wolfenstein) sirvieron de inspiración a id Software para crear Wolfenstein 3D, el shooter en primera persona que sentó las bases del género que la propia id desarrollaría a fondo más adelante con Doom y Quake.
A Wolfenstein 3D le siguieron la precuela Spear of Destiny y años después una revisión de la franquicia llamada Return to Castle Wolfesntein, desarrollada esta última por Gray Matter Studios, aunque siempre bajo la supervisión de id Software.
De forma similar llega ahora esta nueva entrega que hasta el momento se conoce únicamente como Wolfenstein o Wolfenstein 3 y en la que Raven Software e id están trabajando para PC, Xbox 360 y PS3.
Los superhombres dan paso a las monstruosidades
Como es habitual en la saga el juego tomará parte en un pasado alternativo en el que los experimentos e investigaciones ocultistas de los nazis llegaron a buen puerto, creando o trayendo a nuestro mundo criaturas y poderes sobrenaturales a los que tendremos que hacer frente o aprender a utilizarlos en nuestro favor.
La historia nos sitúa de nuevo en plena Segunda Guerra Mundial, concretamente en el año 1943. Los aliados han retenido la expansión nazi, pero estos aún se mantienen poderosos en el centro de Europa. Hitler sigue planeando dominar el mundo, y para ello cuenta con Heinrich Himmler, el líder de las SS, cuyo objetivo es controlar una fuerza ocultista conocida como Sol Negro que pondría la guerra a su favor. El jugador encarnará de nuevo el papel de B.J. Blazkowicz, un agente especial de la OSS norteamericana (Office of Strategic Services) que tendrá que detener los planes de dominación global del III Reich.
El Sol Negro extrae su poder de una dimensión alternativa llamada la Cubierta que envuelve nuestro propio mundo y que será la puerta mediante la cual accederemos a todos los elementos ocultistas del juego. En un momento determinado B.J. Blazkowicz adquirirá la habilidad de adentrarse en la realidad alternativa de la Cubierta, dónde el escenario en el que se encuentre aparecerá representado de forma mucho más enrarecida a través de un cielo verdoso, criaturas monstruosas, retos de todo tipo flotando en el aire, etc.
En este estado B.J. se moverá más rápido e irá consiguiendo habilidades especiales como la posibilidad de ralentizar el tiempo o dejar aturdidos a los enemigos, aunque esta clase de poderes vendrán limitados por su uso y no podremos abusar de ellos. Como añadido, algunas de las zonas bloqueadas en el mundo real estarán abiertas en la Cubierta, por lo que tendremos que alternar entre una dimensión y otra para abrirnos paso. Por otro lado, las actividades de los nazis sobre la Cubierta irán en aumento a medida que progrese el juego, lo que repercutirá en una mayor presencia de monstruos y peligros según avancemos.
Pero los elementos fantásticos no quedarán restringidos al ámbito esotérico y ocultista, sino que también encontraremos interesantes artefactos correspondientes a experimentos puramente científicos, tal es el caso de nazis con mochilas autopropulsadas o armas de rayos de partículas capaces de desintegrar al objetivo.
Libertad de movimientos en una ciudad ocupada
Aparte de la Cubierta el mayor interés de Wolfenstein se encontrará en su diseño de niveles abierto. El juego transcurrirá en una ciudad ficticia llamada Isenstadt localizada en Alemania que podremos recorrer con libertad, adentrándonos en cualquier rincón o callejón que deseemos. Esto propiciará que un mismo sitio pueda ser accedido a través de varios caminos, otorgando al juego una buena dosis de estrategia e incentivando la rejugabilidad.
Otro aspecto que se verá favorecido por este tipo de diseño será la exploración, si prestamos atención a cada recoveco de Isenstadt encontraremos localizaciones secretas y tesoros ocultos que nos proporcionarán recompensas. Por ejemplo, el oro de los nazis podremos entregarlo a determinados personajes para que mejoren nuestras armas o los poderes especiales que se utilizan en la dimensión alternativa de la Cubierta.
Sin embargo, y dado que Isenstadt es una ciudad ocupada por los nazis, no será nada fácil moverse por ella. Podremos limpiar una zona de enemigos para explorarla tranquilamente a fondo, pero sólo durante un tiempo, al rato encontraremos que han enviado refuerzos y podremos vernos en un aprieto. La idea es que el jugador se sienta inmerso en la experiencia de ser un miembro de la resistencia tras las líneas enemigas, algo que también se verá representado en los momentos de infiltración con los que también contará este nuevo Wolfenstein.
Afortunadamente B.J. no se encontrará siempre sólo, junto a él actuarán en ocasiones otros miembros de la resistencia. Estos compañeros también aprovecharán las características estructurales de Isenstadt y encararán o flanquearán al enemigo dependiendo de los caminos que tengan disponibles y eligiendo la opción más acertada. Además existirán casas pertenecientes a la resistencia en las que además de resguardarnos de los peligros exteriores conseguiremos instrucciones para llevar a cabo diversas misiones.
Raven Software tampoco quiere quedarse atrás con la historia, y para ello ha contratado a todo un nuevo equipo especializado en secuencias cinematográficas encargado de dar al juego el sentido narrativo adecuado. Además, y a pesar de la importancia de elementos como la Cubierta o Isenstadt, todo el diseño del juego está construido alrededor de la historia, queriendo que sea ésta la que incite al jugador a seguir adelante y provocando grandes cambios en el entorno en el que se desarrolla.
Se prevé que en esta historia tenga especial relevancia el Círculo Kreisau, una red paramilitar de la resistencia que se encarga de ayudar a B.J. Blakowicz con información, así como la Sociedad Thule, la secta nazi que descubre el potencial del Sol Negro y que centra todos sus esfuerzos en la investigación paranormal llevada a cabo por el III Reich. Si os suenan estos nombres es porque están extraídos del contexto y la época en la que transcurre el juego, pero aquí tienen un significado distinto al que poseyeron en realidad.
Este nuevo Wolfenstein utiliza como motor gráfico el id Tech 4, la pasada versión de la tecnología de id Software que fue creada para el desarrollo de Doom III con John Carmack a la cabeza y que la propia Raven Software ya había utilizado durante la gestación de Quake IV. Sin embargo, desde entonces parecen haber incluido sustanciales mejoras en dicho motor, hasta tal punto que el propio John Carmack ha manifestado no reconocer su trabajo ante las importantes novedades y cambios que Raven Software ha introducido para la creación de Wolfenstein.
Se desconocen los detalles del modo multijugador, salvo que seguirá la senda del exitoso Wolfenstein: Enemy Territory y que los enfrentamientos serán entre facciones (Aliados contra El Eje) usando armas tanto reales como sobrenaturales. Aunque sin fecha oficial es de esperar que Wolfenstein salga al mercado a lo largo de este año.