Los UbiDays, evento dedicado a las novedades de Ubisoft, no nos han dejado demasiadas sorpresas en forma de grandes anuncios, pero algunos de los grandes títulos de este año se han mostrado por todo lo alto. Uno de ellos es sin duda Far Cry 2, la secuela de uno de los shooters en primera persona más impactantes de los últimos años, que se ha hecho mucho de rogar, en parte por el valor de la saga, propiedad de Ubisoft, y también por el cambio de desarrollador. Crytek, los creadores originales, siguieron su camino con Crysis, mientras que los estudios internos de Ubisoft se hicieron cargo de la continuación de la saga.
Había por lo tanto ciertas dudas sobre cuál sería el resultado, pues los cambios de desarrolladores nunca vienen bien a las sagas, y particularmente a los juegos de acción en primera persona.
Ahí tenemos el ejemplo de Medal of Honor, mucho peor desde que sus creadores se independizaron y comenzaron Call of Duty, y ahí tenemos precisamente Call of Duty, con entregas de menor calidad cuando no es Infinity Ward quien se encarga del desarrollo. Por suerte, según pudimos comprobar de primera mano, jugando un rato a uno de los primeros niveles del juego, Far Cry 2 no va a decepcionar.
Como ya se sabía y comentamos en artículos anteriores, Far Cry 2 ya no tiene lugar en una isla paradisíaca, sino en el continente africano, en un lugar indeterminado, lo suficiente para contar con variadas características de África, desde jungla hasta Sabana. Este escenario de unos cincuenta kilómetros cuadrados, completamente abierto, está marcado por la inestabilidad política. Tras una guerra civil entre la guerrilla y el gobierno, que acabó contratando mercenarios, el segundo colapsó, dejando la zona a merced del pillaje y el caos. A lo largo del juego no nos enfrentaremos a un enemigo en concreto, a un país o a un ejército, sino simplemente a una situación caótica donde pequeñas facciones tienen su parcelita de poder, que ejercen arbitrariamente, como es de esperar.
En nuestro tiempo por el juego nos llamaron la atención varias cosas poderosamente. Lo primero, la forma de recrear el escenario, usando un motor gráfico muy potente que permite un diseño realista de los entornos, de un gran tamaño –evidentemente no pudimos ver ni una ínfima fracción- y con un gran nivel de detalle y una enorme cantidad de elementos móviles y, lo que es más importante, interactivos. La hierba, los árboles, no se basan en animaciones repetitivas, sino que su comportamiento cambia en tiempo real según el viento. Esto es algo que se está viendo cada vez más en los juegos pero que en Far Cry 2 adquiere un protagonismo mucho mayor al predominar la vegetación en el escenario. El resultado es muy vistoso.
La otra gran virtud del diseño de los escenarios es la capacidad de interactuar con ellos. Desde cómo la hierba se aparta al movernos entre ella, hasta cómo se quema cuando provoquemos un incendio cercano. El fuego se propaga lentamente por la vegetación y no resulta en ningún momento una exageración para mostrar las cualidades del motor, sino que lo hace de manera coherente. La destrucción de los escenarios también adquiere mucho protagonismo. Si lanzamos un misil contra una cabaña, no se provoca el típico efecto de una explosión que mata a los enemigos y destroza ciertos objetos, sino que la cabaña se hace añicos, dependiendo de dónde impactemos, causando un efecto espectacular.
La misión que nos encargaba nuestro "jefe" era sabotear un oleoducto controlado por un grupo de guerrilleros; el lugar estaba cerca de la cabaña donde éste se había hecho fuerte, y para llegar podíamos seguir tanto una carretera, como cruzar campo a través, previa consulta de nuestro mapa. Un detalle interesante, en el que Ubisoft hizo hincapié, y que a primera vista puede parecer que no tenga importancia, es que el mapa no es una pantalla aparte, sino que nuestro personaje lo saca como si fuese un arma y lo miramos dentro del propio juego; este detalle trata de hacer el juego más inmersivo y, aunque no deja de ser un detalle, lo consigue, haciendo que mientras veamos el mapa sigan pasando cosas, como por ejemplo que nos ataquen los enemigos.
Para llegar al destino también podíamos usar vehículos, aunque en este caso lo hicimos a pie, y dependiendo de la ruta elegida nos podíamos encontrar con un mayor número de enemigos; hacerlo por la carretera es mucho más peligroso, como es de esperar, aunque el escenario del juego transmite, en cualquier lugar, una gran sensación de inseguridad; no sabes de dónde vienen los disparos, pues pueden venir de cualquier parte, y es difícil encontrar a los enemigos, camuflados en el entorno. No es un shooter de coberturas, pero tampoco es directo, sino que tenemos que buscar al enemigo e intentar acertarle, es una especie de término medio entre varios estilos, con su propia personalidad.
El asalto al campamento lo hacíamos en inferioridad de condiciones, como es de esperar, pero también con cierto factor sorpresa y la ventaja, en nuestro caso, de no entrar por la puerta principal sino por unos riscos de un lateral. El sistema de combate del juego parecía la parte más precaria, pues para disparar era prácticamente imprescindible apuntar apretando el gatillo L, y los enemigos todavía no hacían gala de una gran inteligencia artificial; nos atacaban, pero era muy fácil despistarlos, y a los francotiradores apostados en torres nunca se les ocurre pensar que quizás alguien esté subiendo por las escaleras. No se veía una mala inteligencia artificial, sino un apartado que todavía estaba en progreso.
Tras acabar con el oleoducto, bajábamos por un riachuelo a bordo de una lancha motora, para luego coger un jeep y proceder a la siguiente parte de la misión, consistente en acabar con una aldea tomada por la guerrilla. El desarrollador de Ubisoft, temiendo que nos matasen, nos recomendó disparar con el lanzamisiles a lo que parecía ser una bombona de propano, lo que provocó una enorme explosión que hizo añicos lo que había a su alrededor e inflamó en llamas el resto de la aldea; intentamos huir en coche, pero cuando estábamos a punto de arrancar, notamos que ya estaba en llamas y decidimos proceder a pie al siguiente punto de la misión, un asalto a un campamento mercenario con la ventaja de estar armados hasta los dientes.
Gracias a este asalto pudimos probar algunas de las armas más especiales del juego, como el lanzamisiles, que podemos guiar parcialmente, el rifle de francotirador y, el arma que nos gustó más, un lanzagranadas antiguos, como el de Terminator 2, que se dispara con una sola mano y que tiene resultados devastadores. Aparte de esta artillería pesada contamos también con pistolas, UZIs y el clásico Kalashnikov. Las armas son muy variadas y están acorde con la ambientación caótica y guerrillera de la historia del juego.
Como decíamos antes, Far Cry 2 no es ni un shooter frenético ni uno realista donde tengamos que buscar cobertura, aunque podemos hacerlo, sino que los enfrentamientos con los enemigos combinan interacción con el escenario, exploración, precisión al disparar y sigilo, creando una interesante combinación. Nuestra salud está marcada por cinco barras, y se regenera hasta las dos barras, pudiendo sanarnos inyectándonos unas jeringuillas. Cuando nos maten, tendremos una segunda oportunidad; aparecerá uno de nuestros compañeros y nos salvará, disparando a los enemigos a los que nos enfrentamos y llevándonos a un lugar cubierto. Esta secuencia es cinemática, nunca dejamos la vista en primera persona y vemos cómo, cuando estamos a punto de caer y la pantalla se torna en blanco y negro, él aparece, nos salva el pellejo, nos arrastra y nos da un arma para seguir luchando. Solo tenemos una "vida extra" en este sentido, ya que la siguiente vez será Game Over de verdad.
A nivel gráfico Far Cry 2 nos ha sorprendido muy positivamente. La versión Xbox 360 que probamos se posiciona como uno de los juegos más espectaculares de la consola, con un modelado, animación y nivel de detalle excepcional en los enemigos, escenarios inmensos y llenos de detalle, como hemos comentado antes, que se destruyen y modifican interactivamente. Los efectos como el fuego, explosiones o el agua, también llaman poderosamente la atención. Nos ha sorprendido muy gratamente ver que la versión consola está al mismo nivel que la de PC con altos requisitos, y es de esperar que la definitiva sea uno de los juegos más espectaculares de esta generación.
Por lo que hemos probado hoy, Far Cry 2 es uno de los juegos más prometedores para los próximos meses. Con lanzamiento previsto para octubre de este año, su impresionante apartado gráfico y su prometedora jugabilidad prometen traer aire fresco al género, aportando no solo espectacularidad gráfica y disparos, sino también un escenario de juego, una historia compleja, y esperemos que un multijugador variado. Solo pudimos probar cómo se juega, aunque todavía no se saben más detalles como las posibilidades de interacción y toma de decisiones en la historia del juego. Esperamos que en los próximos meses nuestras expectativas sigan aumentando.