Tras el lanzamiento de Alone in the Dark: The New Nightmare para múltiples plataformas hace siete años, Atari, utilizando una vez más una propiedad intelectual de Infogrames, prepara el lanzamiento de una nueva entrega de Alone in the Dark para los próximos meses y que tiene prevista su llegada a todos los sistemas de sobremesa del panorama actual, como ya fue el caso de la anterior entrega en su respectivo momento.
Proclamada como la primera saga de terror y supervivencia en tres dimensiones (algo que habitualmente se conoce como "survival horror") en ser concebida, Alone in the Dark es uno de los nombres más importantes que han salido nunca del historial galo en el mundillo de los videojuegos. Un pequeño equipo de programación albergado por los franceses de Infogrames, con ilustres como Frédérick Raynal y Hubert Chardot al frente, dio vida en 1992 a Alone in the Dark para PC.
Uno de los juegos más ambiciosos en aquel entonces, destacaba tanto por hacer gala de elementos de aventura y de acción a partes iguales, como por la acertada recreación de personajes de constitución poligonal y que cobraban vida en escenarios pseudo-tridimensionales. Y es que, aunque estos entornos eran realmente meras imágenes estáticas, igualmente lograban transmitir una verdadera inmersión al jugador gracias al campo de movimiento trazado en ellas, y sobre todo, a la perspectiva dotada por diferentes ángulos de cámara que recreaban una experiencia verdaderamente cinematográfica.
El juego en cuestión fue un rotundo éxito tanto de crítica como comercial, y sentó unas bases conceptuales y gráficas que convirtieron a la aventura de Edward Carnby y Emily Hartwood, con claras influencias de los mitos de H.P. Lovecraft, en un verdadero referente de su tiempo. Infogrames no tardó en rentabilizarlo produciendo nuevas secuelas (aunque sin Frédérick Raynal y buena parte del equipo, debido a una serie de diferencias conceptuales entre su visión para una segunda parte y lo que realmente quería ver Infogrames en ella) que ahondaban en otros casos fantasmagóricos de Edward Carnby en la Norte América de los años veinte, siendo el resultado de ello Alone in the Dark 2 en 1994 y Alone in the Dark 3 en 1995, ambos para PC, además de un juego aventurero también para PC, con carácter independiente pero heredando la jugabilidad de Alone in the Dark, como fue Time Gate: El Secreto del Templario en 1996.
Varios años transcurrieron con algunas conversiones consoleras de los Alone in the Dark originales para PC de por medio, hasta que Infogrames, ya sin resto alguno de lo que antaño había sido el equipo de programación de la trilogía original, le confió una nueva entrega de la saga al estudio externo francés de Darkworks con el propósito de resucitar su imagen, adecuarla a los estándares del género más recientes (propiciados sobre todo por el éxito de Resident Evil), y realizar un lanzamiento también en consolas al mismo tiempo que en PC. Así nació en 2001 el ya mencionado Alone in the Dark: The New Nightmare, que se distanció del elevado enfoque de sus predecesores en elementos aventureros respecto a la acción, y ofreció una experiencia mucho más cercana a la de un survival horror estándar de consolas, centrada primordialmente en la acción y acompañada con algunos toques básicos de aventura.
El nuevo Alone in the Dark, un juego producido por los franceses de Eden Games en sus versiones principales para PC, Xbox 360 y PlayStation 3, y por los también franceses de Hydravision Entertainment para las conversiones del juego a Wii y PlayStation 2, nos ubica en el año 2008, siete años después de los acontecimientos de Alone in the Dark: The New Nightmare (entrega que había avanzado cronológicamente un siglo respecto a los acontecimientos de la trilogía original de Alone in the Dark). Edward Carnby, detective privado de profesión y habitualmente apodado como "detective de lo desconocido", vuelve a asumir el rol de protagonista en un caso que le llevará hasta Central Park, donde han transcurrido una serie de incidentes extraños y que son noticia de actualidad en todos los periódicos y televisiones del país.
El emblemático enclave de New York es el escenario en el que se desarrolla todo el juego, estructurado íntegramente en un formato de episodios que hará gala de secuencias, narraciones, resúmenes, e interconexiones argumentales y nos irá detallando todo lo que debamos saber del desarrollo de la historia, en la que Edward Carnby debatirá en su andadura en Central Park hasta los secretos más profundos de su existencia. Una vez más, el detective de lo desconocido tendrá que hacer frente a todo tipo de criaturas de la oscuridad que pueblan el complejo neoyorquino, seres de misterioso origen y que tienen las sombras como su entorno natural. También encontrará en Central Park a otros personajes humanos con los que interactuar y hacer avanzar la trama, pero por norma general, Carnby estará solo en la oscuridad.
Esta quinta entrega de Alone in the Dark supone una nueva reinvención del concepto base de la saga, ofreciendo una experiencia de juego más libre y menos restringida a los cánones básicos de un survival horror estándar como lo fue Alone in the Dark: The New Nightmare, ni de un híbrido de aventura gráfica tridimensional con toques de acción y supervivencia como eran los tres primeros Alone in the Dark. Esta nueva incursión es mucho más abierta a la hora de basar su desarrollo en la continua exploración del enorme complejo, con estancias bastante amplias y multitud de acciones a realizar en ellas. Además, Carnby estará obligado a hacer frente a numerosas adversidades utilizando prácticamente todo lo que tenga a su disposición.
Y es que lo de que haya que usar todo lo que tengamos a nuestra disposición no es un simple decir, ya que realmente el juego hace gala de entornos totalmente interactuables con ellos, unido al interfaz de control que se nos brinda para ello. Carnby podrá recoger numerosos elementos presentes en los escenarios, como sillas, palos o bombonas, y darles uso (normalmente como armamento, aunque varía según el objeto en cuestión) mediante el control de los mismos proporcionado por el segundo stick analógico (siendo el primero, obviamente, para controlar al personaje). Esto puede derivar en situaciones muy dispares, desde la típica de romperle una silla en la cabeza a un enemigo hasta otras más derivadas del ingenio del jugador como lanzar un botiquín a un enemigo para distraerlo, o confundirlo con ráfagas de luz de la linterna. El entorno es bastante destruible y deformable, lo que permite que por ejemplo podamos obtener un tubo luminoso de una lámpara de techo derribada a tiros, o hacer añicos una puerta cerrada por la que queramos pasar, sin necesitar de llave. Incluso la apariencia del propio Carnby se puede llegar a ver muy magullada y lastimada de manera coherente a los daños y peligros a los que se expone en todo momento.
Además, el interfaz de control de este Alone in the Dark también nos permitirá el uso conjunto de objetos que vayamos encontrando en nuestra aventura. Carnby podrá equipar un objeto en cada mano, pero no sólo para situaciones muy básicas como puede ser el llevar una linterna en una mano y una pistola en la otra, sino que podrá incluso originar un nuevo objeto a partir de ellos, ofreciendo al jugador multitud de posibilidades a realizar. Estas van desde la combinación de mechero y un spray para formar un lanzallamas casero, hasta la creación de una bomba adhesiva mezclando cinta con una botella de líquido limpiador, pasando por los clásicos cócteles molotov confeccionados mediante una botella de alcohol, un trapo y un mechero, que lo inundan todo de efectos de fuego y llamas de lo más vistoso que se ha podido contemplar últimamente.
Precisamente el elemento natural será otro factor importante del juego, con el fuego consumiendo de manera muy creíble todo a su paso y pudiendo provocar mediante regueros de gasolina y explosiones provocadas, por ejemplo, un deseado efecto devastador con paredes quemadas, mesas diezmadas, sillas hechas añicos, y por supuesto, enemigos que sucumbirán irremediablemente, además de la evidente iluminación que ello proporciona a áreas oscuras. Ni que decir tiene que, a la inversa, también podremos neutralizar completamente un foco de incendio apagándolo con agua si se hace necesario para continuar, unido a otras situaciones en las que habrá que hacer frente a amenazas naturales como una superficie inundada de agua y que a su vez se encuentra electrizada por un cable de alta tensión, teniendo que apartar esta última desde la distancia para poder cruzar. Las físicas del juego están al nivel de lo visto en juegos como Half-Life 2, o incluso por encima, proponiendo realismo a la par que diversión a la hora de experimentar nuevas posibilidades.
La intención de Eden Games es la de proporcionar un desarrollo de juego muy similar al de una película taquillera de Hollywood, y además de los clichés argumentales propios de las mismas y de todo lo ya mencionado en cuanto a las diferentes posibilidades que ofrece la mecánica de juego, el jugador podrá incluso experimentar numerosas variantes de jugabilidad estando, por ejemplo, obligado a conducir determinados vehículos para atravesar ciertas secciones inviables sin ellos, con una base para este tipo de situaciones similar a la de Test Drive Unlimited, juego también programado por Eden Games. Carnby podrá ir más allá y destrozar el vehículo en cuestión para obtener partes de él, o cargarse el depósito para hacerle desprender un reguero de gasolina, e incluso reventar el vehículo entero si se hace necesario, algo que evidentemente lo dejará inservible para su función principal de transporte y lo que provocará el que también haya que tener sumo cuidado con lo que se hace, no sólo con un vehículo, sino en general, en pos de que el jugador mida sus posibles ansias destructivas según sea conveniente.
Con una recreación estructurada y reminisciente de todo el complejo de Central Park gracias a las más de 1500 fotos tomadas y al numeroso material recolectado por Eden Games, un realismo y detallismo más que notorio, y la amplia libertad y extenso número de posibilidades que su concepto de juego ofrece, Atari pretende brindarnos en Marzo con el quinto Alone in the Dark una vibrante experiencia que, aunque no cabe duda de que se ha alejado bastante de lo que eran los anteriores Alone in the Dark firmados por Infogrames, es un juego muy ambicioso y trabajado en su justa medida, que a buen seguro atraerá a numerosos jugadores dispuestos a adentrarse en la oscuridad de Central Park de la mano del detective de lo desconocido.