Hace bastante tiempo que Mario no se dedica a dar saltos de aquí para allá en una consola doméstica, pues hace ya unos años que salió Super Mario Sunshine, de GameCube, y todavía falta un poco para que nos llegue Super Mario Galaxy, en Wii. Pero hace todavía más tiempo que no da esos saltos moviéndose de izquierda a derecha, en desarrollo horizontal. Quizás por eso, de la mano de Intelligent Systems, han tomado la estética y buenas dosis de elementos extraídos de la saga de rol Paper Mario (iniciada en Nintendo 64) para conformar un nuevo plataformas del fontanero: Super Paper Mario.
Desde luego, el hecho de que los creadores de la saga Paper Mario sean los mismos que firman este título no es casual, y aunque estaba previsto en un primer momento para aparecer en GameCube (se anunció hace ya un año, durante el E3, la feria de videojuegos de Los Ángeles, de 2006 para dicha consola), el salto a Wii es, claramente, lógico dado el estado del ciclo vital de la anterior consola de la compañía. Además, se han incluido elementos que aprovechan el mando de la nueva consola. Veamos qué nos tiene que ofrecer Super Paper Mario cuando llegue a Europa en meses venideros.
Estamos ante el que va a ser uno de esos plataformas poco ortodoxos, con elementos muy característicos de los juegos de rol Paper Mario, incluyendo, por ejemplo, una buena historia (sobre todo para los cánones del género), un amplio espectro de objetos, personajes, y situaciones y diálogos absurdos. Para empezar, Mario tendrá que enfrentarse a un nuevo enemigo, el Conde Bleck, que tiene la intención poco higiénica mentalmente de destruir el mundo, o más.
Bueno, en realidad sí debe planear más cosas, como concertar el matrimonio entre la Princesa Beach y Bowser, que ve, al fin, realizados sus sueños sentimentales. Por supuesto, no todo es tan sencillo, y es todo en realidad parte del plan de Bleck para conseguir un objeto especial que le proporcione el poder suficiente como para llevar a cabo sus planes malignos. En el lío que se monta, Mario acaba transportado a un mundo interdimensional que haría las delicias de parapsicólogos varios al tiempo que se pregunta si hay ley del divorcio en el Reino Champiñón.
De esta manera tan enrevesada, Mario acabará en el pueblo de Flipside, con el objetivo de conseguir los ocho corazones puros, un artefacto arcano de gran poder que puede detener a Bleck. Este pueblo funciona, hasta donde hemos visto, como un mundo central por el que encontraremos puertas que nos llevarán a otras dimensiones, muy en la línea de lo que hemos visto en los plataformas tridimensionales de la saga Mario. La premisa, por supuesto, sigue funcionando.
La estructura de los mundos va a ser en realidad lineal, debido a los requisitos necesarios para abrir las puertas. Cada uno de esos mundos estará dividido en cuatro fases, culminando, claro, en la batalla contra un jefe final, que nos recompensará con el corazón que estamos buscando si nos alzamos con el triunfo.
Una de las primeras cosas que nos llamarán la atención es que Mario ganará la posibilidad de rotar el mundo. Como hemos dicho al principio, Super Paper Mario será un plataformas con desarrollo bidimensional, pero puede rotar ese mundo 2D sobre su eje en tres dimensiones, de manera que podremos investigar nuevas zonas del escenario, encontrar objetos escondidos, nuevos enemigos, etc. Siempre teniendo en cuenta que vamos a tener un medidor que limita esta posibilidad, al poder penalizarnos con la pérdida de puntos de vida. La mecánica del juego nos está gustando, y el límite de tiempo es un elemento interesante que, entendemos, busca reforzar más la sensación de plataformeo frente a la de exploración.
A Mario se le irán añadiendo nuevos personajes según progresamos en la aventura, cada uno de ellos con nuevos poderes. Se trata de personajes extraídos del universo Mario, e incluye una sorpresa muy especial que os desvelaremos en detalle cuando llegue el momento de hablar por extenso de lo que nos ofrece este videojuego. El plantel, todo sea dicho, se parecerá bastante al de Super Mario Bros. 2 (recientemente lanzando en la Consola Virtual), aunque con diferencias sustanciales. Como decíamos, cada uno de los cuatro personajes tiene su propio poder especial, orientado más hacia la defensa de enemigos, tener más potencia de ataque, o saltar más lejos.
Con todo, tenemos que señalar que estos compañeros no van a ser los únicos que tenga Mario, ya que contará también con la ayuda de los pixls, unos bichitos que iremos recogiendo según exploramos las diferentes fases del juego, cada uno de ellos con diferentes habilidades. Sin ir más lejos, hay uno, llamado Boomer, que puede funcionar como explosivo para destruir algunos de los elementos que nos bloqueen el paso, aunque también se abrirán posibilidades más excéntricas como hacernos de tamaño minúsculo para poder evitar determinados elementos del escenario. En poco tiempo hemos visto una cantidad que nos parece bastante amplia de estos pixls, que sin duda abren nuevas posibilidades y aportan nuevos modos de resolver algunos de los elementos que nos vayan saliendo al paso. Por supuesto, podremos ir cambiando el pixl que nos acompaña en cualquier momento, con excepción de Tippi, que hará las funciones de guía por este mundo, y nos irá explicando muchas cosas interesantes para evitar leer el manual de instrucciones.
Aunque Super Paper Mario es, en esencia, un juego de plataformas, lo cierto es que aporta muchos más elementos propios de los juegos de rol que los que aparenta en un primer momento. Así iremos descubriendo varias zonas, con sus lugareños, tendremos que hablar con ellos y podremos ganar el acceso a diferentes misiones secundarias, o incluso conseguir pistas que nos serán muy útiles un poco más adelante. Tenemos que señalar que el juego cuenta, de hecho, y hasta donde hemos visto (eso sí, estamos seguros de que la tónica se va a mantener durante todo el desarrollo), con una gran cantidad de diálogos, escritos con un tono humorísticos y desenfadado que es muy destacable.
Otro elemento muy típico de lo sjuegos de rol es el progresar a los personajes mediante estadísticas, y aunque esto no va a ser precisamente un Final Fantasy, lo cierto es que el juego sí incluye la posibilidad de ir potenciando diferentes aspectos de los personajes con la experiencia que conseguimos al ir avanzando durante la aventura. Es más, incluso habrá tiendas para comprar objetos de ayuda, y unos combates contra jefes finales de los más estrambóticos. Todavía tenemos alguno pendiente, pero creemos que la diversidad lograda en el juego es más que digna de mención.
Todavía no hemos hablado del sistema de control del juego, pero seguro que es más o menos como te lo has imaginado. El mando remoto de Wii se coge en posición horizontal, como en el caso de Excite Truck, o los juegos de NES de la Consola Virtual al jugarlos con este mando, de manera que la cruceta queda a disposición del pulgar izquierdo y los botones 1 y 2 del derecho. De este modo, saltamos con el botón 2 y utilizamos al pixl que nos acompaña con el botón 1; si pulsamos los dos botones al mismo tiempo, lanzamos el menú que nos permite cambiar de peresonaje, pixl, o usar objetos. El control principal del juego, como vemos, va a ser muy sencillo, y sólo hay que añadir el botón A para poder usar la habilidad especial de Mario de rotar los escenarios.
Habíamos dicho, sin embargo, que el juego se beneficiaba del mando de Wii, y es que también podemos usar sus funciones de puntero, sin ir más lejos, o la detección de movimientos. Si agitamos el mando al saltar sobre los enemigos, les daremos con más fuerza; si apuntamos a a pantalla, Tippi el pixl nos dará información sobre los objetos y elementos de pantalla, y estos son sólo unos pocos ejemplos. no se tarda mucho en ver que hay más aplicaciones, que añaden curiosidades al sistema de control de este videojuego.
Super Paper Mario, que ya está disponible en otros mercados, nos ha parecido un juego lleno de posibilidades que combina elementos muy característicos de los plataformas clásicos de la saga con otros propios de los juegos de rol protagonizados por Mario, resultando en un combinado especial que, hasta donde hemos visto, nos ha convencido. Su estilo visual rezuma personalidad, pese a no sorprender, por su apuesta artística, y la jugabilidad está llena de puntos en los que confluyen los rasgos de los dos géneros que nutren a este título. Todavía faltan unos meses para que las Wiis europeas reciban este juego del fontanero, y la verdad es que cuesta contenerse las ganas de seguir contando, en profundidad, qué es lo que nos tiene que ofrecer el título. Esperamos poder dar cuenta pormenorizada de Super Paper Mario pronto.