Si hay algo que nos ha quedado claro tras jugar nuestras primeras cinco horas a Returnal es que se trata de un juego único, fresco y diferente al que no le falta ambición. A fin de cuentas, ¿cuándo una compañía se ha atrevido a ofrecernos un roguelike con acción en tercera persona al estilo bullet hell y los valores de producción de un Triple A? Un concepto tan atípico como novedoso que tiene nuestra atención captada desde su mismísimo anuncio, algo fácil de comprender si sumamos el hecho de que esté desarrollado por Housemarque, un estudio que se ha ganado nuestra plena confianza con juegazos como Nex Machina con los que han demostrado que son los reyes de la acción arcade.
Gameplay comentado
Perdidos en el espacio
Siendo un poco más concretos, en esta aventura exclusiva de PlayStation 5 encarnaremos a Selene, una astronauta que viaja a un misterioso planeta alienígena.
Sin embargo, al llegar sufrirá un accidente y quedará atrapada en él, lo que nos llevará a explorar dicho mundo para encontrar la forma de volver a casa.
Lo primero que nos ha llamado la atención es su mismísimo inicio, ya que el juego no busca poner al jugador en antecedentes. De hecho, ni siquiera nos presentan a su protagonista, por lo que veremos la secuencia del accidente y empezaremos a jugar sin saber quiénes somos ni por qué estamos allí. Esta sensación de estar completamente perdidos sin que nadie nos lleve de la mano es algo que se extiende a todo el título, por lo que deberemos aprender a jugar y a sobrevivir por nosotros mismos mientras vamos atando cabos y descubriendo su interesante y compleja historia.
Gracias a este planteamiento se ha conseguido recrear con muchísimo acierto la sensación de estar solos en un planeta desconocido en el que todo parece querer matarnos, algo que en lo jugable resulta increíblemente satisfactorio hasta el punto de que dar cualquier paso suele equivaler a hacer algún nuevo descubrimiento. Quizá nos topemos con un nuevo enemigo, un nuevo artefacto, un extraño parásito, un extraño recurso, una nueva mecánica, una nueva habilidad, una llave cuya utilidad no nos quede clara, una nueva arma con poderes desconocidos, una misteriosa trampa... Es una aventura que nos está invitando desde el primer minuto a que experimentemos, a que exploremos bien sus escenarios e incluso a equivocarnos para aprender de nuestros errores y que en nuestra siguiente partida vayamos con la lección bien aprendida.
Por lo que llevamos jugado podemos aseguraros que no ha parado de sorprendernos ni un solo momento con nuevos descubrimientos, lo que parece indicar que es un título bien surtido de contenidos al que vamos a tener que jugar muchísimas horas para verlo todo, aunque todavía es algo pronto para poder terminar de confirmarlo.
La mezcla perfecta de roguelike y metroidvania
Como dijimos antes, esto es un roguelike, así que podéis esperar los elementos habituales del género como la muerte permanente o los escenarios que se generan de forma aleatoria en cada partida. Eso sí, todo esto está estructurado de una forma muy inteligente que nos ha parecido más cercana a lo que podríamos esperar de un metroidvania para conseguir que siempre sintamos que estamos avanzando y progresando.
Esto se debe a que en este juego no lucharemos por llegar desde el principio hasta el final de una sola sentada, sino que nos irán marcando diversos objetivos a lo largo del mapa para hacernos con nuevos poderes, habilidades, mejoras y llaves que permanecerán con nosotros incluso tras morir, abriéndonos así la posibilidad de tomar atajos y llegar a nuevos lugares previamente inaccesibles. Se podría decir que todo esto actúa como una especie de sistema de puntos de control para que, una vez completadas estas misiones, podamos ir directamente a nuevos lugares y zonas en nuestras siguientes partidas.
Además, aunque el mapa se genera aleatoriamente, la disposición de salas clave suele ser muy parecida, por lo que es fácil orientarse por sus escenarios tras varios intentos. Sí, los desafíos, retos y secretos que nos encontraremos varían, pero siempre sabremos que esa puerta cerrada se encuentra al oeste o que el portal que lleva al segundo bioma se encuentra muy cerca del punto de partida, de modo que el azar solo es un elemento más de un puzle mucho más grande y complejo.
Otro detalle que nos ha gustado muchísimo es lo bien que gestiona la dinámica de riesgo y recompensa para hacernos tomar decisiones a prácticamente cada segundo. Abrir un cofre contaminado puede resultar en un fallo y que suframos un penalizador hasta que cumplamos el requisito que nos indiquen, los parásitos que encontremos nos dan grandes mejoras, pero también importantes penalizadores, entrar en una sala de aspecto sospechoso puede activar una trampa, hay lugares con jugosas recompensas si conseguimos derrotar a varias oleadas de enemigos, etcétera. Es una aventura en la que siempre tendremos que estar valorando los riesgos, consecuencias y ventajas que pueden conllevar nuestras acciones para intentar ser lo más eficientes que podamos, lo que le da muchísima vidilla y hace que nos ha recordado a la tensión que suelen transmitirnos en cada momento los mejores roguelike.
Acción bullet hell deliciosamente arcade
Continuando con sus virtudes no podemos olvidarnos de destacar lo increíblemente satisfactorios y divertidos que resultan sus combates gracias a unos controles extremadamente precisos, unas mecánicas de disparo ágiles y frenéticas, armas variadas y con diferentes modos, y una galería de enemigos muy diversa con montones de fascinantes criaturas que se comportan de formas muy distintas.
Y sí, podéis dar por seguro que os van a acosar con infinidad de proyectiles y gigantescos rayos láser que inundan toda la pantalla, por lo que moverse, saltar y usar con cabeza el esprín con el que contamos para esquivar será fundamental si queremos sobrevivir a este infierno de balas tan particular que nos ha recordado con contundencia por qué la acción arcade siempre ha sido el fuerte de Housemarque. Es más, los enfrentamientos no paran de mejorar y evolucionar a medida que conseguimos nuevas habilidades y herramientas permanentes, muchas de las cuales tienen usos tanto para explorar como para luchar, por lo que no podemos esperar a seguir jugando para descubrir hasta dónde serán capaces de llegar.
Sacándole partido a PS5
Otro aspecto que nos ha llamado mucho la atención es el buen partido que le saca a las posibilidades del DualSense, destacando especialmente el uso que hace de la retroalimentación háptica para transmitirnos todo tipo de sensaciones a las manos. Por supuesto, también podéis esperar que los gatillos se comporten de forma distinta (y convincente) según el arma que usemos en cada momento.
En lo que respecta a su apartado gráfico comentar que cuenta con unas buenas texturas y modelados, así como con unos efectos de iluminación y partículas espectaculares, aunque donde realmente destaca es en su diseño artístico: simplemente soberbio. Los escenarios y el aspecto de las criaturas son una auténtica pasada y un festín para cualquier amante de la ciencia ficción más oscura y retorcida, sumergiéndonos de lleno en un mundo terrorífico y repleto de horrores que no llegamos a entender, teniendo aquí uno de sus mayores puntos fuertes. Evidentemente, todo se mueve a 60 imágenes por segundo sólidas como rocas, algo imprescindible para un juego de estas características.
Finalmente, del sonido cabe comentar que cuenta con una banda sonora puramente ambiental a la que, sinceramente, no nos ha dado tiempo a prestar atención, manteniéndose siempre en un segundo plano mientras el ruido de las armas y los enemigos lo inundan todo con unos efectos de muchísima calidad. El doblaje español también está a un gran nivel y no podemos olvidarnos de destacar el espectacular uso que hace de la tecnología de audio 3D de la consola, por lo que os recomendamos encarecidamente jugar con unos buenos auriculares.
¿La gran sorpresa del año?
Returnal nos está encantado y, por ahora, nos tiene completamente ganados. No solo se trata de una propuesta arriesgada, fresca y diferente a lo que solemos ver en las grandes producciones, sino que también borda todo lo que hace con gran maestría para regalarnos un juego fantásticamente estructurado, repleto de sorpresas y con una jugabilidad a prueba de bombas que hace de la acción un auténtico festín arcade en el que no tendremos ni un solo segundo de respiro. Nos queda muchísimo por ver todavía para poder valorarlo adecuadamente, pero pocas dudas nos quedan ya de que estamos ante una de las grandes sorpresas del año y, muy probablemente, uno de los primeros imprescindibles de PS5.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código de su versión final que nos ha facilitado PlayStation.